Foto Especial
Especiales / DiarioSinSecretos.com
Dra. Margarita Tlapa Almonte
El Carnaval de Huejotzingo es un hecho social con una dualidad entre lo sagrado y profano en su construcción social que lo hacen dinámico. Es un fenómeno social cíclico de expresión ritual y simbólica, de imaginarios colectivos que se recrean con la elaboración de sucesos relacionados con mitos, historia, símbolos y ritos para ser sagrado. Se convierte en pagano porque manifiesta gozo y participación, a través de ritos, danzas, música, máscaras e indumentaria que dan significado y simbolismo. Se realiza en un tiempo sagrado o día de fiesta o tiempo extraordinario de la vida cotidiana. Se expresa en un espacio sagrado, en calles y la plaza de Huejotzingo, es integrador y constructor por facilitar lazos sociales para la cohesión social donde convergen los barrios, comunidades locales y externas de la región, donde recrean y reproducen la fiesta ritual y hay transgresión para romper el orden y la estructura social. El Carnaval de Huejotzingo representa una riqueza cultural, legado histórico que da la memoria colectiva de sus portadores del conocimiento tradicional ancestral y generacional, para expresarse como una manifestación cultural arraigada, esencia de su cultura que da identidad cultural y reafirmarla un valor inmaterial. Una tradición que se convierte en patrimonio cultural vivo, colectivo, dinámico, adaptativo, por su valor significativo y simbólico. Una práctica social en formas de organización, estructura y expresión de la vida social donde crean, recrean, participan, reproducen y conservan sus participantes.
El Carnaval de Huejotzingo es una manifestación cultural, donde se establecen encuentros para integrarse e interactuar, donde expresan creencias, ceremonias, ritos, valores, intereses y mitos, con los cuales conservan su arraigo, la memoria histórica y la partencia como pueblo originario. Donde cada individuo o grupo desempeña y distribuye roles con la finalidad de revitalizar, transmitir y reproducir cosmovisiones e imaginarios individuales y colectivos que generalmente no ejercen en ningún otro momento de la vida comunitaria.
El Carnaval como fiesta ritual y simbólica, sagrada y profana que se convierte en tradición que expresa a través de diversas prácticas culturales como ofrendas, ceremonias, creencias y cosmovisiones e imaginarios colectivos. Se conoce como Carnaval, una tradición para muchos con el origen de las fiestas paganas de Egipto, y las celebraciones en Grecia y Roma, desde donde se difundió para llegar a Europa durante la Edad Media y el Renacimiento, donde realizaban ceremonias de origen espiritual-religioso, sagrado-ritual a convertirse en fechas en que el desenfreno, la sátira y el desorden civil era la norma. Para llegar a América a través de los conquistadores en el siglo XVI, un espectáculo entre actores y espectadores, para vivirlo bajo sus propias leyes, prohibiciones, restricciones que determina la estructura social en la vida cotidiana, donde queda abolida la distancia entre el ser humano para quedar libre y donde la familia y el individuo comparte la plaza, estableciendo así relaciones humanas opuestas a las socio-jerárquicas de la vida cotidiana para liberarse de edades, estratos sociales, clases sociales que normalmente reprime en la vida cotidiana al ser humano. Libertad a todo lo implique de desorden, carácter lúdico, además de espontaneidad, que celebra y protagoniza el pueblo. Sin embargo, el Carnaval en Huejotzingo tiene un origen de fiesta ritual
que remite acontecimientos u hechos originales, históricos o legendarios, siendo estos, rituales que generan identidad a la comunidad, como herencia colectiva. Fiesta ritual que se reviven para evitar se borren de la memoria colectiva, conservando los elementos esenciales de la conciencia colectiva que mantienen identidad para dar continuidad a través del tiempo.
El Carnaval en México tiene raíz indígena y negra, su mestizaje permite encontrar diversas manifestaciones, particularmente en la región central de México. En Puebla Carnaval de Huejotzingo está relacionado con los periodos de la historia de México. Aunque es importante señalar que autores como Enrique flores Cano, Alfredo Lopez Austin, señalan que en el carnaval en México existe una prolongación del periodo prehispánico, donde se escenifican mitos e historia y conserva matices prehispánicos para dar continuidad a la expresión cultural de los pueblos originarios. Aunque el Carnaval en muchas partes del país es una prolongación de tradiciones europeas que fueron introducidas en América como producto de la conquista y evangelización resultando un carnaval mestizo de danzas y representaciones públicas.
16 años cuestionándolo todo, investigación y crítica política sin censura.