En cuanto a las libertades se incluye el derecho de las personas de controlar su salud y su cuerpo (por ejemplo, derechos sexuales y reproductivos) sin injerencias (por ejemplo, torturas y tratamientos y experimentos médicos no consensuados).
Entre los derechos incluyen el acceso a un sistema de protección de la salud que ofrezca a todas las personas las mismas oportunidades de disfrutar del grado máximo de salud que se pueda alcanzar.
Las políticas y programas de salud pueden promover o violar los derechos humanos, en particular el derecho a la salud, en función de la manera en que se formulen y se apliquen. La adopción de medidas orientadas a respetar y proteger los derechos humanos afianza la responsabilidad del sector sanitario respecto de la salud de cada persona.
Al respecto, el Licenciado Sergio Herrera Vázquez, expuso que las violaciones o la inobservancia de los derechos humanos y del trabajador pueden conllevar graves consecuencias sanitarias.
La discriminación manifiesta o implícita en la prestación de servicios de salud viola derechos humanos y del trabajador fundamentales. En ocasiones se suele denegar a las mujeres el acceso a servicios y atención de salud sexual y reproductiva, tanto en países en desarrollo como en países desarrollados.
Un enfoque de la salud basado en los derechos humanos ofrece estrategias y soluciones que permiten afrontar y corregir las desigualdades, las prácticas discriminatorias y las relaciones de poder injustas que suelen ser aspectos centrales de la inequidad en los resultados sanitarios.
El objetivo de un enfoque basado en los derechos humanos es que todas las políticas, estrategias y programas se formulen con el fin de mejorar progresivamente el goce del derecho a la salud para todas las personas.
Según la Organización Mundial de la Salud –OMS- en el rubro de la salud se deben tomar en cuenta los siguientes aspectos: No discriminación; Disponibilidad; Accesibilidad; Aceptabilidad; y Calidad.
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