Diario Sin Secretos / J. Antonio Cuellar
A partir de este miércoles 5, se inicia la Cuaresma, y en los templos y comunidades cristianas se impone la ceniza en la frente para recordar al católico que “eres polvo y en polvo te convertirás” (Gen 3, 19). Hace ver que la vida es corta.
Jaime J. Balmes, decía: La vida es el abrir y cerrar de ojos- un instante en el tiempo.
La Iglesia Católica, enseña que las cenizas que se imponen en la frente, nos recuerda que somos pecadores, y en una actitud de humildad y arrepentimiento de nuestros pecados decidirse a ser mejores cristianos. Así, empezar un proceso de conversión -sanar interiormente – e ir en busca de Dios, siguiendo los pasos de Jesucristo que murió en la cruz por Amor a la humanidad.
La Cuaresma son 40 días de preparación para entrar a La Semana Santa, que celebra la Pasión, Crucifixión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Las cenizas que imponen en la frente los sacerdotes, religiosas y laicos consagrados a los fieles católicos son hechas de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos, del año anterior, y se dice la frase: “Conviértete y cree en el Evangelio” (Marcos,15).
Este Miércoles de Ceniza, la Iglesia pide a los fieles hacer ayuno y abstinencia (al igual que el viernes Santo).
El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día; y la abstinencia, no se debe comer carne (roja).
El Ayuno, visto desde la vida espiritual, ayuda por un lado a formar la voluntad, la cual se entrena con la renuncia a cosas buenas, para poder rechazar las malas. Y por otro lado, permite al alma abrirse de una manera particular a la gracia y a la presencia de Dios.
Cuando la persona se priva de cualquier cosa que está en relación con los apetitos – comer, beber, ver, oír, sentir- está tiene preparada su voluntad para abrirse a escuchar la palabra de Dios.

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