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En España, el gobierno socialista de Pedro Sánchez aprobó esta semana un cambio de la “Ley de Memoria Histórica” a un estándar de “Memoria Democrática”.
Entre las propuestas, se encuentra la “profanación” del Valle de los Caídos, expulsando a los monjes benedictinos de la región y transformando el lugar en un lugar de “memoria pedagógica democrática”.
El gobierno quiere que el Valle de los Caídos se convierta en un “monumento de exaltación para los vencedores de la Guerra Civil” y un “cementerio civil” para dar “paz y respeto” a las más de 30.000 víctimas que allí están enterradas.
El lugar también dejaría de estar en manos de los benedictinos de la Fundación Santa Cruz, que viven y mantienen la abadía, para ser responsabilidad del Patrimonio Nacional.
Esto significa una expulsión de los religiosos del Valle de los Caídos; sin embargo, el tema aún no se ha decidido por completo.
También entre las medidas propuestas por el gobierno socialista, está la remoción de monumentos, nombres de calles y lugares que aluden a la época de la dictadura de Francisco Franco en el país.
Aunque la Iglesia Católica no tiene nada que ver con esos recuerdos, los expertos dicen que se han eliminado las cruces y que ya se han reemplazado los nombres de las órdenes religiosas de las calles.
En este contexto, se elevaron las quejas por la intención de expulsar a los benedictinos por un cementerio civil.
El Valle de los Caídos fue construido entre 1940 y 1958 para enterrar a los muertos de la Guerra Civil Española. Además del mausoleo, alberga una abadía benedictina, una basílica y una explanada; más una gran cruz en la parte superior.
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