Ismael Rojas Cuéllar / Diariosinsecretos.com
En la Misa concelebrada en Catedral, y ante los fieles reunidos, Monseñor Felipe Pozos Lorenzini, hizo 2 vehementes llamados a los católicos: 1 ) Valorar el sacerdocio ministerial, y pedir a Dios por la santificación de los sacerdotes, para que en su vida cotidiana sean verdaderos heraldos de Cristo, y se donen las 24 horas por los demás como lo hizo Jesucristo.
Y 2) Que los católicos no seamos indiferentes a nuestro prójimo que tiene frío y hambre en las calles, que sufre y llora, que necesita del afecto y la atención, del que se siente desconsolado o sufre de injusticia.
“Hay muchos hermanos que viven en el abandono espiritual y por ello se da la descomposición social que vivimos en la actualidad. El pecado que vive la sociedad es la indiferencia, Jesús no fue indiferente, decía a los apóstoles que le dieran de comer a la gente, y ese llamado es para nosotros, para que nos demos a los demás como Jesús lo hizo”.
Hizo alusión a uno de los encuentros que Jesús tuvo con Conchita Cabrera de Armida, explicándole el significado de la Cruz del Apostolado que le permitió ver, y Monseñor Pozos, dijo “Él –Jesús- le decía a ella –Conchita- que la corona de espinas que rodean a su corazón representan los pecados de la humanidad, y la crucecita negra que está arriba, son los pecados de los sacerdotes, que aunque son pocos, son los que más me hieren. Por eso hay que pedir por los sacerdotes para que seamos sacramentales las 24 horas del día, y nuestra visa sea totalmente donación para ustedes los fieles”.
Luego de realizar una procesión en ocasión de la festividad del Cuerpo de Cristo –Corpus Christi- como lo mandato el Concilio de Trento, Monseñor Felipe Pozos caminó del parque de El Carmen a Catedral, a lo largo de la 16 de septiembre, seguido de la gente, en adoración al Santísimo Sacramento.
Más tarde, Monseñor Felipe Pozos, invitaría a los fieles a agradecer al Señor porque se ha querido quedar por la humanidad en el Santísimo Sacramento del Altar.
“Agradezcamos ese gran Amor suyo, reconozcamonos pecadores y pidamosle perdón por nuestra falta de fe y de amor a la Eucaristía”. la iglesia celebra la solemnidad de Corpus Christi en la que se proclama la presencia real de Jesucristo en la eucaristía y rendirle publicamente adoración.
En la Ciudad de Puebla durante la época virreinal, la procesión de jueves de Corpus salía de la Catedral y recorría las calles del centro de la ciudad. Todavía en 1865 en una visita de jueves de Corpus el emperador Maximiliano y la Emperatriz Carlota, encabezaron la procesión acompañados del regimiento y caballería y demás tropas con sus uniformes de gala y desde luego todas las autoridades civiles y eclesiásticas.
Con el deseo de recuperar tan hermosa y piadosa tradición, se llevó a cabo por tercer año consecutivo la solemne procesión de Corpus Christi.