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SIN SECRETOS / Angélica García Muñoz
La mayoría de los estudiantes de la BUAP – cuyo paro académico inició el pasado 24 de Febrero, ya quiere regresar a clases presenciales, y la Comisión Institucional de Diálogo, reportó haber recibido 22 propuestas de las diferentes unidades académicas.
La mayoría por supuesto, tienen que ver con mejorar la atención hacia los alumnos, en una ruta de mejorar la calidad de la educación, aunque llama la atención que hay otras, que son las menos, que hacen ver un claro interés político y que generan opiniones encontradas.
Un grupo de Ciencias Políticas, planteó reformar el estatuto orgánico de la Universidad, que incluye tres puntos: 1 ) La no reelección de la rectora Lilia Cedillo; 2) Inclusión de la Organización Estudiantil en la toma de decisiones universitarias; y 3 ) Creación de un Órgano de Vigilancia Estudiantil en el Consejo Universitario, que es la máxima autoridad en la Universidad.
La demanda ha generado malestar en otros grupos estudiantiles y unidades académicas que están más enfocadas a fortalecer la ruta de la academia y hacer a un lado los asuntos que polarizan y dividen a la comunidad universitaria.
El estudiantado en alto porcentaje, diríamos la mayoría, califica que la gestión de la rectora Lilia Cedillo Ramírez, ha sido de aciertos y de avances históricos para la institución. El último logro la edificación de Ciudad Universitaria 2 que hace ver que el camino hacia la academia es el mejor camino.
Con la rectora de Lilia Cedillo, se dio fin a una época de polarización que vivió la Universidad con los Doger, Agüera, Esparza, metidos unos a la política y otros a los negocios.
Aún la Fiscalía General del Estado y la Auditoria de la Federación tienen casos pendientes contra el exrector Alfonso Esparza, que en su tiempo tuvo un fuerte respaldo de los exgobernadores Rafael Moreno Valle Rosas, y luego de Antonio Gali Fayad.
Tiempos de negocios, muchos negocios, y lo peor de persecución y represión contra los estudiantes.
Hay egresados de la BUAP que no olvidan que la madrugada del 15 de febrero de 2015, policías y porros los agredieron por realizar una huelga de hambre en el zócalo de nuestra ciudad.
El rector era Alfonso Esparza; como gobernador estaba Rafael Moreno Valle; y como alcalde fungía Antonio Gali.
Los manifestantes fueron retenidos e incomunicados por varias horas, regresando a sus hogares 24 horas después de ser privados de la libertad, no sin antes ser golpeados.
Tiempos de persecución y terror que hoy la comunidad universitaria definitivamente no quiere más.
¿Qué intereses hay de por medio para que la rectora Lilia Cedillo no se reelija?
La demanda de los auténticos universitarios es que la institución no sufra retroceso en la academia, y por lo cual se ha pronunciado abiertamente que no haya injerencia de grupos políticos y que sea respetada su autonomía.
La escuela de Administración ya decidió terminar con el paro académico y espera solo que haya las condiciones para poder regresar a clases presenciales, y eso refleja que las mesas de diálogo están dando resultados.
Hay confianza en que las actividades se normalicen en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, en los próximos días, por el bin de la comunidad universitaria y de Puebla.

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