Diariosinsecretos.com.- Ucrania conmemoró este lunes el 35 aniversario del peor accidente nuclear de la historia, la explosión nuclear de Chernóbil que se produjo el 26 de abril de 1986, situado a un centenar de kilómetros de Kiev y contaminando una buena parte de Europa, cuya planta ahora se ha convertido en un destino turístico.
A la 01:23 horas, el reactor número 4 explotó durante una prueba de seguridad y durante diez días, el combustible nuclear ardió, liberando a la atmósfera elementos radioactivos que contaminaron, según algunas estimaciones, hasta tres cuartas partes de Europa, sobre todo las entonces repúblicas soviéticas de Ucrania, Bielorrusia y Rusia.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, durante una visita a la zona de exclusión de la central, de un radio de 30 kilómetros, declaró: «La explosión en la central de Chernóbil y sus consecuencias, transformaron al mundo. Nuestra tarea es convertir la zona de exclusión en una zona de renacimiento y hacer todo lo posible por reforzar la seguridad nuclear, con el fin de evitar catástrofes similares en el futuro», añadió el jefe de Estado.
Según archivos publicados el lunes por el Servicio de Seguridad de Ucrania, en 1982 y 1984 se produjeron al menos tres averías en la central de Chernóbil, pero las autoridades soviéticas las mantuvieron en secreto.
El balance de las víctimas de la catástrofe sigue siendo objeto de debate. El comité científico de la ONUA (Unscear) sólo reconoce oficialmente una treintena de muertos, entre los operarios y bomberos que fallecieron por la radiación después de la explosión. En 2006, la oenegé Greenpeace estimó en unos 100 mil el número de muertos provocados por los efectos radioactivos de la catástrofe nuclear.
Las fotografías de Igor Kostin, fotoperiodista ucraniano y uno de los primeros en tomar imágenes del reactor nuclear tras el accidente, impactaron al mundo al mostrar la magnitud del desastre. Kostin volvió a menudo a la zona de exclusión y fotografío las terribles consecuencias de la contaminación radioactiva, para las personas y animales en Ucrania y en Bielorrusia. Murió a los 78 años, en junio de 2015 en un accidente de tráfico.
La central de Chernóbil mantuvo su producción de electricidad hasta diciembre del 2000, cuando la presión de los occidentales, logró apagar su último reactor operativo. Tras años de dilación, en 2019 entró en funcionamiento una gigantesca bóveda de acero estanca, estructura que cubrió el agrietado e inestable ‘sarcófago’ de hormigón instalado sobre el reactor dañado y que debe garantizar su seguridad durante los próximos 100 años.