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Por daños estructurales el edificio que alberga el Congreso del Estado, se colocaron 40 puntales de madera de 10 centímetros en la zona del estacionamiento y se reforzó los soportes de los vitrales del salón de Plenos.
La acción se deriva del dictamen estructural emitido por la Dirección de Infraestructura Educativa de la BUAP, que determinó la existencia de daños en el edificio y la urgente rehabilitación que engloba trabajos de refuerzo en cimentación, muros y losas.
Se instalaron 40 puntales de madera de 10 centímetros en la zona del estacionamiento de la sede del Poder Legislativo (anexo de la 3 Poniente), la cual por recomendaciones -por escrito- de la Dirección Estatal de Protección Civil se encuentra totalmente inhabilitada.
En 2017, tras los sismos, solamente fue colocada una fila de puntales y dados los resolutivos emitidos por especialistas en la materia, la LX Legislatura determinó llevar a cabo estos trabajos de reforzamiento de áreas dañadas, que requerían de una intervención general para evitar cualquier eventualidad que ponga en riesgo la integridad física del personal que labora en el Poder Legislativo.
Estas mismas labores, a través de especialistas en arquitectura, se llevan a cabo en los vitrales del salón de Plenos cuyos soportes comenzaron a desprenderse y requieren de una urgente rehabilitación.
El edificio del Congreso del Estado ha demostrado daños acumulables a lo largo del tiempo que no han sido atendidos, no cuenta con resistencia global o local que garantice la seguridad de los usuarios ante un evento sísmico de gran magnitud.
Los especialistas determinaron que el edificio no se ha intervenido, tiene fisuras estructurales, columnas, pisos y humedad; además, el sistema de impermeabilizante está en malas condiciones.
Mediante el estudio de los académicos se evidenciaron los daños del inmueble y se precisó que la rehabilitación de éste engloba trabajos de refuerzo en cimentación, muros y losas, así como de conservación.
El edificio fue construido en 1833 por don Rafael Guerrero. El inmueble había sido erigido para ser sede de la Sociedad Filarmónica Literaria de la Purísima Concepción, la cual se encargaba de brindar enseñanza musical gratuita. La decoración se encargó al arquitecto Eduardo Tamariz Almendaro, y es reconocida por su estilo neoárabe.
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