Les dejo del 1 al 3 las bonitas joyas de esta administración municipal. No incluyo los baches y asaltos al transporte público porque esas van de cajón sobre los hombros de Eduardo.
1.-La subida de Sueldo de Eduardo.
Arrubarrena señala que el sueldo de Claudia Rivera al ocupar el cargo estaba por debajo de lo marcado por el tabulador, (léase en tono irónico): «situación que incumplía con la normatividad del ejercicio del gasto de control presupuestal», por lo que Eduardo, que es muy celoso de su deber, se lo subió a 120 mil pesos.
Además tomó la decisión de generar la gerencia municipal a cargo de Adán Domínguez Sánchez, a quien se le paga 90 mil pesos mensuales.
Un obrero en Puebla percibe un promedio de 6 mil pesos mensuales, pero ¿a quién le importa eso?.
Ahora está el tema de los contratos municipales.
2.-Los contratos municipales
205 contratos en la administración de Eduardo, de enero a septiembre fueron entregados por adjudicación directa, un monto total de 475 millones 625 mil pesos, que fueron ejercidos «por la urgencia de puebla capital de recibir los servicios contratados»
3.-La promoción desmedida de un proyecto sin rumbo.
El malestar de los ciudadanos de las colonias de Puebla Capital señala problemáticas claras que requieren la atención inmediata del ayuntamiento de Eduardo, pero el alcalde solo tiene tiempo para una cosa:
Trabajar por la gubernatura.
¿Cuál es el problema? En primer lugar la asignación de presupuesto de su área de comunicación, que es de 100 millones de pesos, y la presencia de Eduardo en las redes sociales con perfil de «influencer» dejando de lado el rostro serio que el cargo exige, para dar paso a la ligera superficialidad que denota en sus acciones de gobierno.
El pilón: Un equipo para llorar
Esto se refleja en su equipo que desesperadamente lo justifica y francamente lo hacen muy mal, Cruz Lepe, por ejemplo, no para de hacer declaraciones dañinas y francamente torpes sobre diversos temas, por ejemplo: los «3 espías en grupos feministas» o cuando en entrevista dijo que se iba «solo» (cuál superhéroe, eso si, sin estrategia) a buscar a los vendedores de celulares robados del centro histórico.
Crítica sin sentido para los interesados en el ascenso del grupo de Eduardo, una dolorosa realidad para la ciudadanía, la reflexión final es la ironía en el eslogan de ésta administración municipal:
Puebla Capital no tiene rumbo y si este proyecto brincara al Estado, entonces se volvería a los tiempos del Morenovallismo con un gobierno elitista, de promoción para subir otro peldaño y frío e ineficaz con sus responsabilidades.