*A 108 años de su pascua, católicos oran para que Dios permita que su siervo sea elevado a los altares
Diario Sin Secretos / Angélica García Muñoz
En la conmemoración del 108 aniversario de la Pascua de Monseñor Ramón Ibarra y González, primer Arzobispo de Puebla, se emprendió una jornada de oración por la pronta beatificación del Siervo de Dios que en vida dio abundantes frutos espirituales.
Es llamado «el padre de las Obras de la Cruz» ya que las protegió y atendió con exquisita caridad.
El obispo auxiliar Francisco Javier Martínez Castillo, encabezó la Misa concelebrada en la Catedral Metropolitana, en compañía del padre rector del templo de la Inmaculada Concepción, encargado de la difusión de la causa de beatificación de Monseñor Ibarra, quien junto con los centenares de fieles reunidos, pidió a Dios un milagro – de 2 que están en proceso ante la Santa Sede- para que Monseñor Ibarra, logre ser elevado a los altares como ejemplo de vida cristiana.
Una larga jornada para recordar a Monseñor Ibarra, se inició desde temprana hora en el templo del Inmaculado Corazón de María -Barrio El Parral-, en donde la primera Vocal del Concejo Central de la Alianza de Amor Con el Sagrado Corazón de Jesús Norma Patricia de León, dio a conocer la gran obra del primer arzobispo de Puebla.
Explicó lo que el Siervo de Dios hizo en favor de la espiritualidad de la Cruz y en especial en la Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús, que forma parte de la Familia de la Cruz.
En el evento estuvieron presentes los centros de Monterrey, Hidalgo, y Puebla, con sus filiales de Huejotzingo y Puebla capital.
Posteriormente, los fieles marcharon en peregrinación a la Catedral de Puebla, pasando por la Puerta del Perdón, y participaron en la Santa Misa con celebrada por Monseñor Javier Martínez Castillo y el Sr. Canónico Padre José Luis Reyeros.
En su homilía, destacó la obediencia de Monseñor Ibarra al llamado de Dios, y ser ejemplo de vida cristiana.
Destacó la frase icónica de Monseñor Ibarra que trasciende en el tiempo: “Hacer siempre la voluntad de Dios, cueste lo que cueste, es el camino seguro para alcanzar la verdadera paz y felicidad”.
Acto seguida el obispo auxiliar y el padre rector del templo El Inmaculado Corazón de María, se dirigieron a la capilla donde están depositados los restos de Monseñor Ibarra, en donde oraron y pidieron a Dios la pronta beatificación del primer arzobispo de Puebla.

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