La cris social y económica que tiene envueltos a colombianos, sumadas al clima de inseguridad, las sospechas fundadas de corrupción y nexos con el narcotráfico, así como el protagonismo de su presidente Gustavo Pietro, son causas de su derrota en las elecciones locales y regionales del pasado domingo.
A casi 15 meses de haber tomado el poder presidencial -22 de agosto del 2022-, la Izquierda colombiana tuvo una amarga noche, y ahora buscará culpables, aunque el actor principal es el presidente Pietro.
Él, sin embargo, se justificó, diciendo:“Hablan de mi derrota política y solo les adelanto un dato: las fuerzas políticas que triunfaron en mi campaña presidencial ganaron en siete departamentos. Hace cuatro años solo incidimos en uno”.
“Nos reuniremos -dijo – en los próximos días para articular planes locales electos con el Plan del Cambio, la potencia mundial de la vida. Hoy la democracia se pronunció y es nuestro deber cómo gobernantes acatar y respetar la voz del pueblo”.
Si bien es cierto que las elecciones de alcaldes y gobernadores no deben ser entendidas como un plebiscito sobre el Gobierno de Petro, entre otras cosas porque el Pacto Histórico no presentó candidatos propios en muchos lugares, aunque sí apoyó aliados, los resultados de hoy son una llamada de atención del electorado, aunque de no mejorar el rumbo del país, se advierten más derrotas para la Izquierda en el futuro.
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