Libre Expresión / J. Antonio Cuéllar M.
La ruta para que María Luisa Alcalde -aún secretaria de Gobernación- está trazada para ser la nueva dirigente nacional de MORENA. No hay otra u otro para el proyecto de nación trazado por Andrés Manuel López Obrador, y que fortalecerá Claudia Sheinbaum, bajo el esquema de «Humanismo Mexicano», que no es otra cosa que un sistema con perfil liberal prosocialista con «rostro humano».
La llegada de María Luisa a la presidencia del partido es cuestión de tiempo.
Primero tendrá que cumplir con formas y ritos propios de la política mexicana.
Fue palomeada desde hace tiempo por el presidente Andrés Manuel López Obrador; y hoy avalada por por la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, quien en la forma mantendrá una sana distancia con el partido, más no un alejamiento.
Citlali Hernández, secretaria general de Morena, que por cierto es una avezada política, con gran experiencia y capacidad, ya declinó a favor de María Luisa.
Ante todo, está el interés de promover la unidad del partido en el poder, y eso lo tiene claro Citlali.
Así que María Luisa, tendrá primero que renunciar, y empezar una gira por todo el país, reunirse con la gente, con los liderazgos, con los comités, y sobre todo con el Consejo Nacional, donde será ungida.
Ella, ya dijo: “Sería un honor estar al frente de MORENA” y también dejó en claro que el reto es grande: “Cuidar a MORENA, no perder su mística y no alejarse de la gente”.
A sus 36 años, María Luisa, llegará a dirigir a MORENA, y será clave para tener bien aceitada la maquinaria partidista, y proyectarla para que en el futuro esté lista para próximos escenarios electorales, pero sobre todo ser factor de respaldo a las acciones del nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum.
María Luisa, conoce a fondo a MORENA, desde que se conformó en el 2011 como asociación – hace 13 años-, y después vino la construcción del partido en el 2013, y vivió las diferentes etapas del partido, siendo la coordinadora nacional de jóvenes, en el 2015, siempre junto a Andrés Manuel López Obrador; y con Claudia Sheinbaum. Y ahora viene la etapa de consolidar el llamado Humanismo Mexicano, con un perfil liberal, pro socialista, que no se entienda radical, sino moderado, con “rostro humano”.