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Ciudad del Vaticano.- El Papa Francisco, hizo un vehemente llamado a los esposos a que “¡tengan hijos y estar abiertos al don de la vida, ya que son el fruto más hermoso del amo, la bendición más grande de Dios, fuente de alegría y de esperanza para cada hogar y para toda la sociedad”.
“El amor es exigente, sí, pero es hermoso y cuanto más nos dejamos implicar más descubrimos en él la verdadera felicidad, Preguntémonos entonces: ¿Cómo es nuestro amor? ¿Es fiel? ¿Es generoso? ¿Cómo son nuestras familias: están abiertas a la vida, al don de los hijos?”
Refiriéndose al Evangelio de Mateo, dijo: “Jesús nos habla del amor conyugal”, respondiendo a fariseos acerca del repudio del marido hacia la mujer.
“Quisieran arrastrarlo – a Jesús- en una polémica, pero Él no lo permite, es más, aprovecha la ocasión para llamar su atención sobre un discurso más importante: el valor del amor entre el hombre y la mujer en el plan de Dios”.
“La mujer en el matrimonio estaba en gran desventaja respecto a la del hombre, Jesús les recuerda que el Creador quiso que mujer y hombre fueran iguales en la dignidad y complementarios en la diversidad, para poder ser el uno para el otro una ayuda, compañía, pero al mismo tiempo un estímulo y un desafío para crecer. La entrega de los esposos debe ser ¡sin medias tintas!”,
“El Señor, resalta la necesidad de que la entrega de los esposos sea plena y sin medias tintas”, expuso.
El papa hizo notar que la entrega es mutua “está destinada a durar no hasta que me apetezca, sino para siempre, acogiéndose de manera recíproca y viviendo unidos como una sola carne”.
“Esto no es fácil, esto requiere fidelidad, también en las dificultades, respeto, sinceridad, sencillez, requiere estar abiertos a la confrontación, a veces a la discusión, cuando sea necesario, pero siempre dispuestos para el perdón y para la reconciliación”.
“Y recomiendo: ¡reconcíliense siempre, entre marido y mujer, después de los momentos de discusión, siempre, antes de ir a dormir! Marido y mujer: discutan todo lo que quieran, siempre que hagan las paces antes de que termine el día. ¿Saben por qué? Porque la guerra fría al día siguiente es peligrosa. ‘Y dígame, Papa, ¿cómo se hace la paz?’. – ‘Sólo con una caricia, así’, pero nunca llegues al final del día sin hacer las paces”.
El Papa oró para que la Virgen María interceda por los esposos.
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