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Con la convocatoria del Papa Francisco, se realizará la primera Jornada Mundial de los abuelos el próximo domingo 25, cuya petición es que “cada abuelo, cada anciano, cada abuela, cada persona mayor -sobre todo los que están más solos- reciba la visita de un ángel”.
La jornada será una oportunidad para revalorar a quienes son los primeros encargados en orientar la fe dentro de los hogares, señaló Monseñor Dario Gervasi, Obispo Auxiliar delegado para la pastoral familiar de la Diócesis de Roma.
El tema de la Jornada Mundial de las personas mayores, es: “Yo estoy contigo todos los días”.
El Papa Francisco, invita a los abuelos proclamar el Evangelio a las jóvenes generaciones: “No importa la edad que tengas, si sigues trabajando o no, si estás solo o tienes una familia, si te convertiste en abuela o abuelo de joven o de mayor, si sigues siendo independiente o necesitas ayuda, porque no hay edad en la que puedas retirarte de la tarea de anunciar el Evangelio, de la tarea de transmitir las tradiciones a los nietos. Es necesario ponerse en marcha y, sobre todo, salir de uno mismo para emprender algo nuevo”.
El Papa señala que se viven momentos difíciles ya que “la pandemia ha sido una tormenta inesperada y violenta, una dura prueba que ha golpeado la vida de todos, pero que a nosotros mayores nos ha reservado un trato especial, un trato más duro”.
“Muchos de nosotros se han enfermado, y tantos se han ido o han visto apagarse la vida de sus cónyuges o de sus seres queridos. Muchos, aislados, han sufrido la soledad durante largo tiempo”, reconoció
Recordó que “Jesús dice a los Apóstoles: Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado”, y explicó que “estas palabras se dirigen también hoy a nosotros y nos ayudan a comprender mejor que nuestra vocación es la de custodiar las raíces, transmitir la fe a los jóvenes y cuidar a los pequeños”.
“Pido al Señor que, gracias también a su ejemplo, cada uno de nosotros ensanche su corazón y lo haga sensible a los sufrimientos de los más pequeños, y capaz de interceder por ellos. Que cada uno de nosotros aprenda a repetir a todos, y especialmente a los más jóvenes, esas palabras de consuelo que hoy hemos oído dirigidas a nosotros: ‘Yo estoy contigo todos los días’. Adelante y ánimo. Que el Señor los bendiga”, concluyó su mensaje el Papa.
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