La Fiesta de Mercaderes de Cholula, Quezalcóatl a Remedios

Diario Sin Secretos / Especial  PARTE II

Dra. Margarita Tlapa Almonte

El Tianguis o Feria

era un centro de encuentro de la población indígena, comunicación e intercambio o trueque de productos donde se encontraban. Consistía en una plaza dedicada a los intercambios, rituales y castigos. De acuerdo a la Segunda Carta de Relación de Cortes, a la llegada de los españoles observaban una conglomeración entre 40,000 y 60,000 personas que adquirían un sin número de mercancías de diversas regiones. Los tianguis eran grandes plazas donde no se hacía fraudes de mercancías porque se consideraba delito y el castigo era la muerte inmediata en forma publica en la plaza con un golpe de macaca en la cabeza o bien linchado. Esta ejecución de acuerdo con Duran se le llamaba momoxtli, mumuztli que significaba “calvario o humilladero” que se realizaba frente altar de ídolos al cual se le ofrecía comida en los días de mercado como maíz, ají, tomates, frutas y hortalizas, semillas y todos los productos que se vendían en el tianguis.

Cholula es una de las metrópolis o centros urbanos mesoamericanos más importantes desde tiempos prehispánicos, durante el Posclásico temprano (900-1250 d.C), entre ellas destacan, Teotihuacán, Tenochtitlan, Tula, Chichen Itza, Monte Albán, Palenque, grandes ciudades con una infraestructura urbana compleja, representan al urbanismo en Mesoamérica, es decir con una organización del espacio de una comunidad a través del orden socioeconómico, bien planificada que contaba con un área cívico religiosa materializada en centro ceremonial, en el que la religión desempeñaba un papel fundamental y una jerarquía aglutinante, que compactaba o regularizaba el área profana. Presentaban arquitectura monumental como plazas, pirámides, palacios, zonas ceremoniales y habitacionales que dominaban los recursos naturales y juegos de pelota, entre otros. Estos centros funcionaban como centros de poder político, económico y religioso con una organización social jerarquizada y planificación con una orientación astronómica. Cholula era considerada como una ciudad de altas tierras posclásicas, muy grande, compacta, con un centro urbano compacto, ciudad muy grande con casas agrupadas y juntas, siendo una de las ciudades más grandes e influyentes de Mesoamérica, con una planificación urbana precisa y un centro ceremonial importante. Los mexicas la llamaron «la ciudad donde se forman los dioses, aún conserva parte de su legado arquitectónico, fisonomía y elementos de la arquitectura urbana mesoamericana. 

En la planificación de los centros urbanos existía en la Plaza, En Cholula se le denomino la Gran Plaza de Cholula, actualmente la Plaza conformada por palacio municipal, Plaza de la Concordia y estas funcionaron como espacios abiertos para las reuniones civiles o políticas del grupo, aunque estaba destinada principalmente a la religiosidad ceremonial, influencia de los templos y de los edificios aledaños donde se ejercía el poder político, en este espacio también existía un intercambio comercial o trueque, un sistema de comercio establecido en Mesoamérica, donde se encontraba una gran diversidad de productos, alimentos, artesanías, bienes de lujo y materias primas, reguladas siempre por autoridades, para la medición correcta. Así mismo, el tianguis se consideraba como un lugar de encuentro donde se congregaba un gran número de personas para la socialización, comunicación, compromiso, transmisión de información entre comunidades, de venta de mercaderías, estructura social y cultural de los pueblos permitiendo con esto la cohesión comunitaria y social para permitir que los habitantes participaran en un mismo espacio de transacción, a través de redes de intercambio que conectaban a las plazas, es decir servían como vías de difusión de costumbres, ritos, ideologías y otras formas de cultura. 

Inicialmente los tianguis no se utilizaban de manera permanente sino periódicamente, tianguis de cada 5 días (macuil tianguiztli) para adquirir productos perecederos, el tianguis se daba de acuerdo a las cantidades y procedencia de mercancías. Al evolucionar la sociedad, se transformó en más compleja, surgiendo los tianguis regionales, es decir tianguis fijos o permanentes, en lugares de alta producción y ubicación donde confluyen rutas tradicionales de comercio de los diversos grupos de la región. Había en toda la tierra del Anáhuac, en muchos de sus pueblos, tianquiztli. Y son los lugares donde salen a sus contrataciones, tan grandes y tan espaciosos, que no se sabe ciudad del mundo que más anchurosos los tenga. En especial las ciudades y pueblos grandes, como son Tlaxcala, Cholula, Atzcapozalco, Tepeyácac, Huexotzinco, Tezcuco, Xuchimilco, Tepeaca y todos los que tienen algún crecido número de gente, que son sin número. Mismos que permanecieron hasta la llegada de los conquistadores españoles como Feria. Muchos de ellos con especialidad en mercaderías como alfareros, tejedoras y bordadoras de ixtle y de algodón, tejedores de cestería y esteras, lapidarios y curtidores, preparadores de pinturas y de papel de amate, diseñadores y dibujantes de la pluma, contaban con jueces para regular precios y disputas entre comprador y vendedor, además de que los grandes comerciantes contaron con tlacuilos para hacer contabilidades y anotaciones sobre lo vendido y los impuestos cobrados y pagados. Torquemada menciona que traían “petates las finas son pintadas a modo de alfombra, usaban los reyes en sus salas y recámaras. Traíase carbón, leña, ceniza, loza y barro pintado, vidriado, vasijas, desde tinajas hasta saleros, cueros de venados crudos y curtidos con su pelo y sin él, de muchos colores teñidos, para broqueles, rodelas, cueras, zapatos, aforros de armas de palo, asimismo cueros de otros animales y aves, adobados con su pluma y llenos de yerbas, unas grandes y otras chicas: cosa cierta, para ver los colores y extrañeza. La más rica mercaduría es mantas, y de estas muchas diferencias; son de algodón, unas más delgadas que otras, blancas, negras y de otros colores; unas grandes, otras pequeñas, unas para cama, damascadas riquísimas, muy de ver, otras para capas, otras para colgar, otras para calzones, camisas sábanas, tocas, manteles, pañizuelos y otras muchas cosas”.

El tianguis de Cholula era especialista en esclavos, de ricas joyas y artículos de lujo que son cacao y papel, mantas ricas, plumería riquísima, pedrería, esmeraldas y otros chalchihuites y menudas muy más ricas esmeraldas, rubíes y cornerinas, entre otros.