La semana que pasó se dio una de tantas reuniones conocida como la conspiración de los frustrados.
Lugar: restaurante “Kamafruta”
Desayuno: todo lo que se les viene en gana para darle sabor al café y pan.
Tema: “No lo dejaremos gobernar”.
Destinatario: se los dejo a su imaginación.
Protagonistas: Ignacio Mier Velasco, Enrique Doger Guerrero, Lauro Castillo Sánchez, Iván Galindo Castillejos y uno que otro indiscreto que no está de acuerdo en la trama descarada.
Rol secundario: los embozados pululan destilando veneno, aceptando ofrecimientos de dinero y espacios.
Contexto: Supuran por la herida del fracaso al no haber podido adueñarse de las riendas políticas de la entidad.
Nacho, siempre presumiendo de su cercanía presidencial y soltando dinero a manos llenas que lo tienen todavía con deudas; Enrique Doger azuzando para adueñarse de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, utilizando a sus contactos internos y desde ahí combatir con recursos y grupos de choque; Lauro Castillo, ex síndico municipal del ex edil, ufanándose de parar cualquier bronca jurídica; Iván Galindo, fungiendo como correo para que los cabecillas pasen desapercibidos.
¿Hay más involucrados?
Por supuesto.
Antorcha Campesina está metida en el plan, pero solamente en el papel de carne de cañón, porque la organización de Aquiles Córdova Morán nunca podría adueñarse de la máxima casa de estudios, pero sí negociar.
Los jerarcas conspiradores son otros.
Enrique Doger, ya lo hizo una vez en 2004 siendo alcalde, dolido por no conseguir la candidatura mayor. Eso lo llevó a una revancha, librándose encuentros brutales que todavía tienen regados algunos heridos en el campo de batalla.
Hay evidencias de que algunos lúgubres personajes que tienen intereses en la universidad, recibieron muchos millones de pesos para impulsar la campaña de Ignacio Mier en propaganda utilizada en bardas, espectaculares, revistas, televisión, radio, medios de comunicación impresos y repartir maletines de dinero y promesas entre empresarios de que les iría muy bien.
Eso no es secreto; es cuestión de refrescar la memoria.
Nunca han tenido la intención de llevar una buena relación con el gobierno ni con la rectoría, solamente han fingido.
Creen que las influencias de Doger son suficientes, seguros de contar con el apoyo de exrectores.
La institución no es un botín ni un bunker alemán desde el que se puede planear adueñarse de Puebla.
Le han faltado el respeto a la BUAP y a su rectora Lilia Cedillo, por eso alimentan un conflicto interno que pudo resolverse sin mayores problemas.
Hombres sin honor, actuarán con hipocresía y clavarán el puñal de la traición.
Colocan a sus huestes rumbo a la elección de 2027 y velarán armas rumbo a 2030.
Pero, primero, es crear la desestabilización, incendiar Puebla y desde lo alto de la iglesia de La Compañía, junto al Carolino, tocar el arpa como Nerón.
POSDATA: Lauro Castillo Sánchez, quiso retornar en 2013 como síndico en la planilla de Enrique Agüera Ibáñez, cuando el exrector competía por la alcaldía de Puebla frente a Tony Gali Fayad, duelo que perdió. Se asegura que entregó la plaza antes de tiempo al pupilo de Rafael Moreno Valle Rosas.
Revisen la planilla de Agüera de ese entonces, eso podría arrojar otras luces.
POSDATA 2: Otra vez surge el nombre de Alfonso Esparza Ortiz como abusador de los dineros de la BUAP. La Auditoría Superior del Estado le tiene echado el ojo desde hace mucho, porque todavía tiene pendientes por el asunto del equipo de fútbol Lobos.
¿Está ajeno Esparza al nuevo conflicto universitario?
POSDATA 3: La Asamblea General de Estudiantes de la BUAP, desmiente que Antorcha Campesina esté atrás de su movimiento.
¿A quiénes representa esa asamblea?
Después de 3 años de elogios al trabajo rectoral, a sus logros científicos y académicos, desatando el furor de la reelección de Lilia Cedillo, de repente han convertido a la institución en lo peor de la educación media y media superior, desestimando su prestigio y autonomía.
Conspiración pervertida a su máxima expresión.

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