Libre Expresión / José Antonio Cuéllar M.
Ni el gobierno, ni la Iglesia, pueden hacer pactos con los grupos delincuenciales, pero la mediación ha sido importante para que Tlacos y Familia Michoacana, haya logrado un acuerdo para aminorar la violencia que daña a la sociedad de Guerrero.
Ambos grupos criminales acordaron una tregua en la disputa que sostienen por el control de la región, y para los representantes de la Iglesia, eso es lo más importante. Su intervención, siempre estará apegada a promover la paz, a través del diálogo, ya que la violencia no se combate con más violencia.
Y ese diálogo entre ambas partes es necesario que continúe, consideró el padre José Filiberto Velázquez – conocido como el padre Fili- que es director del Centro de Defensa de los Derechos de las Víctimas de la Violencia Minerva Bello-
Para el sacerdote, reconstruir el tejido social significa muchas cosas, atender a víctimas, recomponer policías municipales, recomponer el aparato de justicia, las cárceles, la reinserción social, atención a jóvenes, prevención de las adicciones, en suma promover una cultura de paz empezando desde los hogares, las escuelas, en los diferentes ámbitos de la sociedad.
El promover un clima de paz en Guerrero y en el resto del territorio nacional, es tarea de todos, de autoridades civiles, de líderes sociales, empresariales y sindicales, partidos políticos, de candidatos a un cargo de representación popular, a maestros, padres de familia.
Los hermanos Johnny y Alfredo Hurtado Olascoaga, cabezas de la Familia Michoacana, y el líder de Los Tlacos, Onésimo Marquina Chapa, hayan llegado a un acuerdo, por el bien de los habitantes de Guerrero,
El último enfrentamiento entre ambas bandas de criminales registró 12 muertos, hecho que se tuvo en el lugar conocido como Piedra Concha, en San Miguel Totolapan, en la Sierra de Guerrero.
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