Redacción Diariosinsecretos.com
Jueves Santo.
El Jueves Santo es la fiesta cristiana que abre el Triduo Pascual, es decir, el periodo durante el cual se celebra la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
El Jueves Santo es el momento central de la Semana Santa y del año litúrgico y para los creyentes es el día en que el hijo de Dios hecho hombre celebró la Eucaristía en la Última Cena donde anunció que uno de sus fieles apóstoles le traicionaría, se produjo el lavatorio de pies y se realizó la oración en el huerto. De los tres momentos, destaca la presentación del Cuerpo y Sangre de Cristo ante los apóstoles en lo que fue la primera Eucaristía cristiana.
La Eucaristía en La Ultima Cena.
«Tomad y comed todos de él, porque este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros”. La Biblia recoge esta frase como las palabras que dijo Jesucristo cuando bendijo el pan que estaba cenando con sus más cercanos seguidores. “Haced esto en conmemoración mía”, recoge el Libro Sagrado interpretando el mandato como la institución de la orden sacerdotal. Desde entonces, las misas han reproducido los hechos hasta la actualidad, convirtiéndose la Eucaristía en uno de los siete sacramentos.
Lavatorio de pies y traición de Judas
Para encontrar una referencia bíblica al lavatorio de pies hay que leer el evangelio de San Juan (13, 1-15).
En él se refleja cómo Jesucristo se levantó de la mesa en la que estaba cenando y se puso a lavar los pies a sus apóstoles. El único de los doce que cuestionó a su maestro fue Pedro, que llegó a negarse al entenderlo como una humillación.
“Si no te lavo, no tienes parte conmigo”, contestó el hijo de Dios hecho hombre.
“Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros también lo agaís. (Juan 13,5)
El lavatorio de pies simboliza la vocación de servicio, la humildad y la igualdad que todos debemos practicar.
La oración en el huerto.
La oración en el huerto es otro de los momentos que se celebran en el Jueves Santo. Tal y como recoge la Biblia, Jesucristo se adentró entre los olivos para orar y contarle a su Padre los sentimientos previos al día de su muerte. Tras la traición de Judas a cambio de 30 monedas de plata tiene lugar su prendimiento por los Romanos.