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Ciudad de México.- Pablo Franco Mendoza, Químico Farmacéutico Biotecnólogo (QFBT) de la Universidad del Valle de México Campus Chapultepec, investiga un novedoso tratamiento para la, que como se sabe, es una inflamación idiopática crónica debilitante e incurable.
La EC se caracteriza por la inflamación y ulceración de la mucosa que puede ocurrir en cualquier parte del tracto gastrointestinal con mayores afecciones en el intestino delgado, indicó el Químico de UVM Campus Chapultepec, quien comentó que en su trabajo experimental, realizó la simulación de la enfermedad mediante un modelo de ratón (C57BL/6) infectado por vía oral con una dosis letal de 100 quistes del parásito Toxoplasma gondii cepa ME49, que produce una exacerbada inflamación intestinal con una inmunopatología muy similar a la EC en humanos.
El nuevo tratamiento consistió en la administración oral a un grupo de ratones con la bacteria probiótica Lactobacillus casei Shirota viva, de manera preventiva y durante la fase aguda de la enfermedad, con el cual demostró la reducción de la inflamación y la disminución de las afecciones como hemorragias y necrosis del tejido intestinal, aumentando la supervivencia de los ratones ante una dosis letal del parásito.
En su Tesis de licenciatura denominada: “Efecto inmunomodulador de Lactobacillus casei Shirota como tratamiento de la ileítis toxoplásmica murina”, Pablo Franco en su estudio realizó la administración por vía oral de la bacteria probiótica muerta inactivada por calor, denominada (paraprobiótico o bacteria fantasma) a un segundo grupo de ratones con la enfermedad, obteniéndose resultados similares a los obtenidos con la bacteria viva, debido a que hubo reducción de la inflamación intestinal y un aumento en la supervivencia de los ratones.
Su trabajo demostró que la bacteria Lactobacillus casei Shirota viva y muerta mejora significativamente las manifestaciones clínicas generadas por el parásito a nivel intestinal en el ratón, por su capacidad de inmunomodular la respuesta inmunológica, disminuir las poblaciones celulares causantes de la inflamación y aumentar la supervivencia de los ratones.
“Los tratamientos farmacológicos actuales para la EC como son los Corticosteroides, Aminosilicatos, Tiopurinas, Metotrexato así como biofármacos inhibidores de citosinas inflamatorias, presentan una alta toxicidad y provocan muchos efectos adversos debido a que son administrados por periodos prolongados, por lo cual es importante aplicar nuevas terapias que minimicen los efectos adversos, presenten menor toxicidad y coadyuven a la terapia farmacológica para mejorar el cuadro clínico de los pacientes con la EC”, comentó el egresado de UVM.
Por lo anterior, el Químico propuso el uso de “probióticos”, señaló que se definen como (microorganismos vivos que en cantidades adecuadas generan un beneficio a la salud del hospedero), debido a que presentan mecanismos inmunológicos como lo es la inmunomodulación, con la capacidad de regular la respuesta inmunológica. En particular la bacteria Lactobacillus casei Shirota posee capacidad inmunomoduladora y produce una significante mejora de las enfermedades inflamatorias intestinales.
El QFBT Pablo Franco Mendoza, concluyó que “la bacteria Lactobacillus casei Shirota puede ser un potencial tratamiento coadyuvante a la farmacoterapia de las enfermedades inflamatorias intestinales como lo es la enfermedad de Crohn, debido a sus mecanismos de acción inmunológicos y su capacidad de inmunomodular, reduciendo la exacerbada inflamación intestinal y mejorando el cuadro clínico”.