Libre Expresión / José Antonio Cuéllar M.
El alcalde capitalino Eduardo Rivera Pérez, a través de su secretario de gobernación Jorge Cruz Lepe, trató de poner obstáculos a la marcha promovida por el gobernador Miguel Barbosa Huerta, para el próximo 4 de diciembre, en favor del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la 4 T, en el centro histórico de nuestra querida Ciudad de Puebla.
El pasado lunes el ayuntamiento impidió se instalará un templete en el zócalo para ser utilizada por los oradores de la marcha, porque según Jorge Cruz Lepe, secretario de gobernación municipal, no se pidió el permiso correspondiente y además ya estaban en agenda otras actividades en ese lugar.
El funcionario municipal solo ejecutó la orden dada por el alcalde Eduardo Rivera Pérez, quien más tarde dio marcha atrás a la medida, y ordenó a Jorge Cuz Lepe, le bajara dos rayitas al tema.
No es la primera vez que Eduardo Rivera, utiliza como chivo expiatorio a Jorge Cruz Lepe, de sus malas decisiones.
Semanas atrás, Jorge Cruz Lepe, declaró que el ayuntamiento había infiltrado a grupos feministas, otra acción mandatada por el alcalde Eduardo Rivera, quien minimizó el tema y anunció que el funcionario recibiría una capacitación, pero ni sanción ni llamada de atención, cuando el gobernador Miguel Barbosa Hurta, pidió a las autoridades municipales se decidieran por lo menos a investigar.
Pero regresando al tema de la marcha del próximo 4 de Diciembre, es un evento que le incomoda al alcalde panista Eduardo Rivera Pérez, quien trabaja solo para fortalecer su proyecto político que no es otro que ser gobernador.
La actitud mostrada por las autoridades municipales, por supuesto que generó malestar en el gobernador Miguel Barbosa Huerta, sobre todo porque él, ha demostrado en los hechos dar total respaldo al gobierno municipal, tanto moral como económicamente para que se realicen obras en la capital, y dar ayuda humanitaria a sectores sociales en donde el ayuntamiento no atiende.
A pesar de su molestia, Miguel Barbosa mostró una actitud de conciliación con la autoridad municipal, aunque no pudo abstenerse de calificar como actitud grosera la del secretario de gobernación Jorge Cruz Lepe, de quien dijo “le jalaron las orejas”.
Palabras más, palabras menos, Miguel Barbosa, señaló: “Jorge Cruz Lepe, se puso groserito, no sé qué pensó, pues ha de haber una coordinación y una convivencia entre el gobierno estatal y municipal… Pensó Jorge Cruz Lepe, que vivía en el estado de Yunquelandia y le jalaron sus orejas…”.
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