Diariosinsecretos.com/ Ciudad de México, 18 de enero de 2021.- Las bacterias intestinales, antes conocidas como la “flora intestinal” conforman toda una comunidad de microbios denominados microbiota intestinal, con base en recientes estudios internacionales estas bacterias pueden estar asociadas a la gravedad de pacientes que cursan con la COVID-19.
Aunque aún se requieren de otras investigaciones para entender la magnitud de esta relación, el Dr. Sergio Gustavo Zúñiga Sánchez, médico docente de la Universidad del Valle de México Campus San Rafael, recomienda bajo el marco de la pandemia actual, llevar una alimentación variada y equilibrada, “podríamos sugerir que la dieta incluya probióticos como el consumo de yogur natural, estilo griego o búlgaros, al mismo tiempo que el consumo de prebióticos que servirán como alimento para estas bacterias buenas, que se encuentran dispuestos en vegetales como los nopales, cebolla, ajo, trigo, además de las frutas y leguminosas”, comentó.
Hipócrates (460-370 a. de C.) aseveró que “Toda enfermedad comienza en los intestinos”, y con el paso del tiempo y el avance de la ciencia médica se ha establecido la precisión de esa afirmación, pues todos los organismos que habitan en el intestino participan en la salud o en la enfermedad, señaló el Dr. Sergio Gustavo Zúñiga Sánchez.
Agregó que el Dr. Elie Metchnikoff (1845-1916), conceptualizó el fenómeno de armonía entre los microorganismos y el macroorganismo que denominamos huésped u hospedero, el ser humano en este caso. “De este modo reconocemos a la microbiota intestinal como ese conjunto de bacterias, “buenas y malas” que habitan en nuestro intestino, de este modo, cuando predominan las bacterias patógenas que causan enfermedad este fenómeno es descrito como disbiosis”, señaló.
Sin duda alguna, el tubo digestivo aloja todo un ecosistema bacteriano que se descubre día con día y definitivamente no son “habitantes” pasivos, son comunidades microbianas funcionales con su anfitrión.
El tracto gastrointestinal humano alberga alrededor de 40 billones de células microbianas, en el cual la mayoría son bacterias. Datos del Human Metaboloma Database indican que del 7 al 10% de los metabolitos detectados en fluidos humanos como sangre, líquido cefalorraquídeo y orina son de origen microbiano ya que los genes humanos no los pueden sintetizar.
La disbiosis intestinal se ha correlacionado en parte con el desarrollo de distintas enfermedades, como enfermedades autoinmunes, cáncer de colon, gastritis, síndrome de intestino irritable y obesidad. Son varios los mecanismos de acción de los probióticos, las bacterias “buenas” producen sustancias que inhiben a las bacterias patógenas, bloquea los sitios de adhesión, competencia por nutrientes, estimulación y modulación de la inmunidad entre otros.
Recientemente investigadores de la Universidad de Hong Kong liderados por el profesor Siew Ng realizaron un estudio de cohorte en pacientes con COVID-19 y observaron que la microbiota intestinal refleja la gravedad de la enfermedad y la respuesta inmune disfuncional en este grupo de pacientes.
“De este modo señalan que la composición del microbioma intestinal se encontró alterada significativamente en pacientes con COVID-19, diversas bacterias comensales estuvieron disminuidas incluso 30 días después de la resolución de la infección. Por otro lado, esta alteración se encontró correlacionada con la estratificación de gravedad de la enfermedad y coincidente con los niveles de citocinas y marcadores de tipo inflamatorio presentes en COVID grave o crítico”, señaló el Dr. Zúñiga.
La medicina basada en evidencia el día de hoy nos ha indicado que la dexametasona es el único fármaco que ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de las personas con COVID grave o crítico, “el presente estudio nos revela nuevamente la importancia de llevar una alimentación saludables dentro de todo un programa de estilo de vida”, indicó.