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El Papa Francisco, inició los trabajos de la Semana Santa, al encabezar el Domingo de Ramos, en la Plaza de San Pedro, en Roma, y pidió dar atención a los ´abandonados´- como Jesús- y dijo:»Nadie puede ser marginado”.
«Jesús abandonado nos pide que tengamos ojos y corazón para los abandonados. Para nosotros, discípulos del abandonado, nadie puede ser marginado; nadie puede ser abandonado a su suerte”, expuso.
Al recordar el hecho de un mendigo muerto en la columnata vaticana solo y abandonado, a lo que comentó: “Él representa a Cristo. Muchos necesitan nuestra cercanía, muchos abandonados, también yo necesito que Jesús me acaricie, que esté cerca de mí, y por eso voy a buscarlo en los abandonados y en los solitarios”.
El Papa Francisco, el pasado sábado dejó el hospital Gemelli, atendido por un problema de bronquitis, y este domingo se le notó aún débil físicamente, pero no fue obstáculo para recordarles a los miles de fieles el hecho histórico cuando Jesús fue crucificado: «Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?”.
Explicó que «el verbo abandonar en la Biblia es fuerte, y aparece en momentos de extremo dolor», por lo cual debe mover a quienes lo seguimos a buscarlo y amarlo en los abandonados”.
Para el papa, hay tantos cristos abandonados. “Pueblos enteros explotados y abandonados a su suerte; pobres que viven en los cruces de nuestras calles, con quienes no nos atrevemos a cruzar la mirada; emigrantes que ya no son rostros sino números; presos rechazados, personas catalogadas como problemas”.
“Hay muchos cristos descartados con guante blanco, como niños no nacidos, ancianos que han sido dejados solos, en los geriátricos, enfermos no visitados, discapacitados ignorados, jóvenes que sienten un gran vacío interior sin que nadie escuche realmente su grito de dolor”, indicó.
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