Alejandro Armenta, con Cecilia, y sus hijos
Libre Expresión / J. Antonio Cuéllar M.
Alejandro Armenta Mier, recibirá este día su constancia de mayoría de las autoridades electorales y ser reconocido como gobernador electo, y así empezará una nueva etapa para Puebla, en la cual tendrá que apremiar un intenso diálogo, primero a los grupos al interior de MORENA y aliados, y posteriormente a la sociedad.
El gobernador electo convocará a todos a la unidad, en una actitud de inclusión en donde todos caben, si todos los que trabajaron desde un inició para que Armenta lograra la coordinación estatal de los comités de Morena, y los que se fueron sumando -antes, durante y hasta las elecciones-.
En este proceso previo al inicio del nuevo gobierno, hay quienes esperan una persecución, pero Puebla no se merece eso, por el contrario el nuevo gobernante tiene que tener una actitud de inclusión, y para eso será necesario que el político acepte que hay poblanos que piensan diferente a él y que no votaron por él, pero ésos también son poblanos, y como tales, tienen derecho a ser tomados en cuenta.
El buen político debe tener la cualidad de saber perdonar y encauzar los esfuerzos de los que más se pueda en favor de Puebla, ese es él el mayor bien al que se debe aspirar. En unidad es cómo se podrá hacer frente a los retos de los próximos años, y sumar a los que estuvieron con él, a los que no estuvieron con él, a los que simularon estar con él, los que no votaron por él y los que ni siquiera les interesó acudir a las urnas.
Los poblanos lo que esperan de sus autoridades es que haya un ambiente de paz, respeto, seguridad y progreso. Y eso no se logrará mientras existan discursos de odio y resentimiento.
En diciembre próximo el político tomará las riendas del estado, y será el principal responsable de cómo le vaya a Puebla en los próximos 6 años.
Por lo pronto, Armenta se reunirá con el actual gobernador Sergio Salomón, para establecer el proceso de entrega-recepción de la administración estatal, y en la que puede adelantar que no habrá sobresaltos, ya que ambos están apostados a que Puebla le vaya bien.
16 años cuestionándolo todo, investigación y crítica política sin censura.