Al presidente ruso se le ve cada vez menos en público, alejado de sus funcionarios y hay sospechas sobre su salud física y mental. Estados Unidos, dice tener información pero que no puede revelarla.
En el artículo de Marcelo Duclos, que se difunde en la agencia de noticias PanamPost, se hacen las interrogantes: ¿Cáncer? ¿Parkinson? ¿Demencia senil? Crecen rumores sobre la salud de Putin.
«Ojalá pudiera compartir más, pero por ahora puedo decir que es bastante obvio para muchos que algo anda mal con Putin. Siempre ha sido un asesino, pero su problema ahora es diferente y significativo. Sería un error suponer que este Putin reaccionaría de la misma manera que lo habría hecho hace cinco años». Las palabras pertenecen a un hombre que cuenta con información de primera mano.
Claro que puede ser verdad o ser meramente una manifestación que oficie como una bala más en un momento de guerra. Pero el senador republicano Marco Rubio, que dice que “quiere” pero “no puede” hablar más, es uno de los miembros de alto rango del Comité de Inteligencia del Senado de los Estados Unidos. Mientras tanto, los rumores sobre la salud de Putin crecen en todo el mundo. Al ruso se le ve cada vez menos, lo que no hace otra cosa que sumar leña al fuego.
El que se animó a mencionar la palabra “cáncer” y que asegura que Putin tiene claros síntomas de Parkinson, fue el historiador y exjefe del Departamento de Relaciones Públicas del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, Valery Solovey. El académico, que sufrió muchas críticas en cuanto a lo poco verosímil de sus afirmaciones (antes de la invasión había dicho que Putin tenía una ciudad subterránea para su familia en caso de guerra nuclear), poco a poco comenzó a ser más escuchado. Solovey asegura que tiene fuentes en el Kremlin, que le confirmaron, tanto los problemas de salud del mandatario, como su eventual plan de escape.
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