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“La economía familiar no debe solventarse con ganancias generadas por menores de edad; niños y niñas no son los encargados de mantener a sus seres queridos; urgen padres y madres de familia más responsables que no utilicen a los hijos como medio de rescate o su medio de sustento tras haber perdido fuentes laborales por el Covid”.
Estos fueron algunos de los diversos puntos en los que coincidieron representantes de la Federación Nacional de Asociaciones de Padres de Familia, tras sostener encuentro para insistir en la reincorporación de menores de edad a las aulas.
El vicepresidente de la FENAPAF, José Luis Sánchez Sesma, declaró que, en un ambiente adverso para las finanzas familiares, es fundamental echar mano de la innovación, así como de nuevos proyectos o alternativas licitas para que madres y padres de familia puedan generar recursos.
Incluso, dijo, “una eficiente opción es el emprender, incorporarse al campo de los emprendedores y comenzar negocios, pero nunca, nunca deberá ser una opción para el sustento familiar, el enviar a niñas y niños para que desarrollen actividades laborales”.
Sobre el mismo tema, la presidenta de la FENAPAF, Aurora González Tejeda, refirió “recordemos que toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada, el acceso a los estudios superiores será igual para todos en función a los méritos respectivos”.
Manifestó que efectivamente la educación básica debe ser un hecho obligatorio, ya que así, como sociedad, le estamos otorgando a las futuras generaciones, opciones para desarrollarse y crecer económica y emocionalmente.
Comentó que en caso contrario, es decir, en caso de enviar a los menores a trabajar; además de destinarlos a un futuro difícil, también se les involucra en un ambiente que no es el suyo y que les impide contar con una formación profesional académica para el futuro.
Es preciso mencionar que antes de la pandemia había más de 160 millones de niñas, niños y adolescentes laborando en el mundo y en este tenor la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Unicef dieron a conocer que el número de niños en situación de trabajo infantil podría aumentar en 8.9 millones para finales de 2022, debido, en gran parte, al aumento de la pobreza.
Por eso, dijo Aurora González, “es urgente tomar cartas en el asunto, producir como padres y madres de familia y dejar a los niños fuera del campo laboral, sobre todo para no orillarlos a contar con un futuro sumamente difícil”.