El presidente López Obrador determinó, a través del Consejo Nacional de MORENA, que los aspirantes a candidatos presidenciales deben separarse de sus cargos para registrarse y participar en la encuesta con la que se seleccionará al candidato presidencial del partido.
Tienen una semana apenas para dejar el cargo, y con esto, el presidente AMLO cierra la llave de los recursos públicos a los que entrarán en la contienda por la encuesta. Así, evita que estos hagan campaña electoral disfrazada de eventos oficiales.
Una prueba difícil para los aspirantes: dejar el poder y la fuente de recursos; pero esa es la regla. Y sin duda un paso hacia el piso parejo que algunos aspirantes han reclamado.
En la recta final, han quedado cuatro aspirantes de MORENA y dos de los partidos aliados; quienes aparecerán en la encuesta de preferencia ciudadana con una muestra pequeña, pero significativa, de la posibilidad que tienen en las urnas el día de la elección.
Así, a un año del proceso electoral, los funcionarios son obligados a dejar sus flamantes cargos; no obstante, la recompensa es mucha, la presidencia de la República; siendo MORENA el partido con más posibilidades de triunfo en 2024.
Sólo una semana tienen de plazo los aspirantes presidenciales para renunciar al cargo y registrarse al proceso interno del 12 al 16 del presente; es un reducido tiempo, pero así lo respaldaron todos los aspirantes, quienes se han sumado al llamado de unidad.
Bajo las reglas dictadas en el Consejo, queda previsto que difícilmente hay, todavía, un favorito del presidente Obrador. Cualquiera podría ganar la encuesta. Ebrard, Adán Augusto, Sheinbaum o Monreal, quienes cuentan con más o menos una trayectoria equiparable entre sí, y una estructura social creada en los últimos años.
A diferencia de los candidatos de los partidos aliados, el diputado Noroña y el senador Velasco, ex gobernador de Chiapas; quienes quizás se han metido a la contienda para dividir el voto de los morenistas, más que por sus posibilidades reales de triunfo en la consulta abierta.
El reloj político está muy adelantado. Un año antes del proceso electoral del INE. Con las renuncias que terminarán por presentarse esta semana; se debilita al gobierno del presidente López Obrador, pues se separan del gabinete el secretario de Gobernación, Adán Augusto López y el de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. Por el lado del Legislativo, el coordinador de la bancada de MORENA en el Senado, Ricardo Monreal y, por otro, la jefa del gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum.
Por ente habrá un vacío de continuidad que quizás no preocupe tanto al presidente López Obrador, quien con estas reglas muestra que para el gobierno federal valen más las elecciones que la administración en curso.
Y la desbandada seguirá. Pues enseguida comenzarán a renunciar los aspirantes a la jefatura de gobierno y a gobiernos estatales que renovarán gobernador en 2024.
Por lo pronto, se evidencia que quienes sustituyan a las “corcholatas” aún tendrán tiempo de disfrutar de las mieles del poder, porque les restará más de un año para concluir el encargo que finalizará en diciembre del próximo año.
Las Corcholata de AMLO
Y aunque a ninguno de los aspirantes a la candidatura presidencial de MORENA le gustó el mote de “corcholatas”; algunos se resignaron y hasta lo aceptaron de cara a la simpatía que buscaron tener de AMLO: como es el caso de Sheinbaum y Adán Augusto, los aspirantes más flexibles. Pero Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal se han mostrado más críticos y han desechado ese mote por considerarlo ofensivo.
@AngiBeltrán
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