La presidenta Claudia Sheinbaum ha anunciado la reestructuración de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como entidades públicas bajo el nuevo nombre «Pemex Energía».
Esta reforma energética busca reforzar la naturaleza de servicio público de estas entidades y reducir su enfoque competitivo en el mercado, poniendo énfasis en la eficiencia y productividad estatal.
Durante su presentación, Sheinbaum destacó que, aunque se mantendrá la cooperación con el sector privado, el Estado retomará un papel predominante en la gestión de estas empresas.
Esta decisión sigue la línea de reversiones de las reformas energéticas del gobierno anterior que permitieron una mayor participación privada en el sector.
La reforma también establece que la CFE controlará el 54% de la generación eléctrica del país, asegurando que la energía producida por el Estado tenga prioridad de despacho sobre las ofertas privadas, incluso si estas son más limpias o eficientes. Además, la reforma contempla ajustes en las leyes secundarias para fortalecer aún más la posición de CFE en el mercado eléctrico, respondiendo a las críticas de inversionistas y opositores que han expresado escepticismo sobre la viabilidad de estas medidas.
Con esta iniciativa, Sheinbaum busca no solo asegurar la productividad y eficiencia de Pemex y CFE sino también establecer un marco de planificación energética claro y efectivo para todos los actores del sector
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