DiarioSinSecretos.com / Angélica García Muñoz
La primera laica mexicana beatificada y elevada a los altares fue María de la Concepción Cabrera de Armida (1862-1937), el 4 de Mayo del 2019, cumpliéndose 4 años del gran acontecimiento religioso, en el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en LA Ciudad de México. La Santa Misa estuvo presidida por el cardenal Giovanni Angelo Beccicu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
María Concepción, nació en San Luis Potosí (México) el 8 de diciembre de 1862. Desde niña se sintió atraída por Dios, y un especial amor a la Virgen María y a la Eucaristía. Se distinguió por su pureza, humildad y espíritu de sacrificio.Fue esposa madre y apóstol.
María de la Concepción tuvo 11 hermanos, fue forjada en un ambiente familiar profundamente cristiano, grandes temporadas la pasa en Haciendas y Ranchos.
Su instrucción se ve afectada por la situación del país, grandes cambios desde las Leyes de Reforma, la monarquía de Maximiliano de Austria, la subida al poder nuevamente de Benito Juárez, el Porfiriato, la Revolución Mexicana, el gobierno de Carranza que trae desórdenes e inseguridad, atropello a personas y cosas de la Iglesia que se agrava al subir al poder el Presidente Plutarco Elias Calles.
Contrajo matrimonio con Francisco Armida en 1884, luego de 9 años de noviazgo se casaron y tuvieron nueve hijos, entregándose amorosamente a su educación, formación, y más tarde su papel es el de alentar y sostenerlos en su vocación, orientarlos y aconsejarlos.
Ya situada en su ambiente familiar recibe un fuerte impulso de la gracia.Dios la quiere ahí, esposa y madre, para manifestar a la Iglesia , que en el estado del matrimonio puede realizarse una muy alta santidad.
» Después de casada…. ¿Quien lo creyera ? Entonces, desde entonces con más claridad vino Jesús a mí …..con gracias clarísimas del Espíritu Santo».
El 14 de Enero de 1894 con permiso de su director espiritual marca en su pecho a sangre y fuego el nombre de Jesús, de aquí arranca el grito que polarizará toda su existencia llenando de nuevo sentido apostólico su vida: «Jesús Salvador de los hombres sálvalos, sálvalos», a ésta acción tan espontánea Dios responde con una intervención decisiva en su vida: invade su corazón de un amor nuevo, comunicándole su misma inquietud salvífica, naciendo en ese momento un movimiento espiritual de gran utilidad y trascendental: las Obras de la Cruz.
La Providencia ha confiado a una mujer seglar un mensaje profético para el mundo de hoy, que se encuentra contenido en la Cruz misteriosa que días después ella contempla. Es una cruz grande , con el corazón de Jesús en el centro y en lo alto el Espíritu Santo, que la abraza con su luz y su fuego Toda la vida de Cristo se orienta y se sintetiza en «su Hora», llevándolo el amor hasta la suprema donación .El momento de su muerte es también el momento de su triunfo .Por eso está cruz , expresión simbólica de la «Hora» de Jesús, es una cruz gloriosa.
A está mística mexicana Jesús le revela el mensaje a la humanidad a través de la Cruz del Apostolado : invitación a transformar por el amor el sufrimiento que lleva consigo toda existencia humana para que en unión con Jesús sea salvífico. El llamamiento a vivir la Cruz de Jesús , cruz transfigurada por el Espíritu Santo, cruz que es la gloria perfecta del Padre en la salvación de los hombres.
En 1901 Concepción Cabrera queda viuda
En 1906 recibió la gracia de la Encarnación Mística, gracia de unión con Jesús Sacerdote y Víctima, que la asocia a su plan de Salvación. Jesús le dice: “Tomo posesión de tu corazón para no separarme jamás”. Y a partir de ésta nueva presencia de Dios en su vida, se siente llamada a vivir cada hora una Cadena de Amor y de virtudes, ofreciéndose junto con Jesús al Padre, colaborando con Jesucristo en la salvación de la humanidad y la santificación de los sacerdotes. Otra consecuencia de ésta gracia fue la llamada de Dios a vivir su relación con Jesús desde su amor maternal, relacionándose con Él como madre, al modo de María. El clamor: “Jesús, Salvador de los hombres, sálvalos, sálvalos” sintetiza su vida y su misión.
Esta laica, mística y apóstol, transmitió la Espiritualidad de la Cruz a la Iglesia, a través de numerosos escritos y fundando las cinco Obras de la Cruz: 1) Apostolado de la Cruz; 2 ) Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús; 3) Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús; 4) Liga Apostólica de Sacerdotes y Misioneros del Espíritu Santo; y 5) Misioneros del Espíritu Santo.