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Marcela Alemán, madre de Lya, tomó la sede de la CNDH y se amarró a una silla para exigir justicia por su hija, quien fue abusada por el personal de un colegio privado, en San Luis Potosí.
Al menos 15 personas acompañaron a Marcela, llegó al edificio en la calle República de Cuba, en el Centro Histórico, a las 16 horas y tomó una de las oficinas.
La madre de la víctima asegura que, aunque los dictámenes médicos y psicológicos comprueban la agresión sufrida por la menor, los señalados no han sido detenidos.
“no se va a retirar del recinto hasta recibir una solución del organismo”.
Recordó que cuando fue la audiencia contra la psicóloga, la acusación no procedió porque la niña no dijo nada en 22 horas de audiencia, situación que calificó de insensible pues no es fácil que una niña hable del abuso que sufrió.
La impunidad en este caso ha llevado a Marcela Alemán a tomar las instalaciones de la CNDH junto con otras familiares de víctimas. En ese lugar, la mujer se amarró a una silla la tarde del miércoles y dijo que no se “desamarrará” hasta que las autoridades castiguen a los responsables del abuso sexual de su hija.

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