Diariosinsecretos.com/Angélica García Muñoz
Ciudad de Puebla.- Pide Obispo Auxiliar de Puebla Tomás López Durán anunciar a Jesucristo, fuente de vida paz y perdón, ante un mundo que ha deformado la imagen del resucitado y que está lastimado por la guerra.
Señaló que, sólo con el perdón con la paz y caminando siempre con Jesús, podremos rediseñar el rostro del resucitado, que los hombres hemos deformado, para hacerlo perfectamente humano y divino.
El Prelado oró por el descanso eterno de las víctimas de las guerras, de la violencia, de la Pandemia y por niños que no han dejado nacer.
Desde la Catedral de Puebla el Obispo Auxiliar de Puebla hizo eco del mensaje del Papa Francisco para llenar el corazón de la paz de Cristo.
Exhortó a los fieles a caminar con una iglesia sinodal que sigue a Cristo atravesando los senderos de la tristeza y sufrimiento para desembocar en senderos de reconciliación y paz.
Exhortó a rediseñar la realidad deformada que hoy viven jóvenes y niños para iluminar su sendero con la verdad de Jesucristo.
Al hacer una reflexión sobre el Evangelio según San Juan 20,1-9 dijo que con la muerte de Jesús , se destruyó el poder de Satanás. Cuando Jesús se levanta, se levanta la humanidad liberada del pecado y la muerte, ahora con una nueva condición, que le permite estar en paz y vivir en el amor y guardarlo en el corazón que nos lleva a un impulso misionero.
Lo que la Iglesia está celebrando no se puede callar, pues se tiene que decir al mundo entero, que aquello que nos tenía sumidos en el dolor, la tristeza y la desesperación, hoy a muerto, porque Jesús ha resucitado.
«Las familias profundamente lastimadas por la guerra hoy el Señor las resucita y los llena de una nueva esperanza, esa es la capacidad que Jesús siembra en nuestro espíritu, les dice: «Ustedes tienen el poder de perdonar , porque se han llenado del Espíritu del perdón y de la paz».
Recordó las palabras del Papa Francisco para resumir el triunfo de Jesús:
«Que el perdón que Jesús nos ha ganado desde la Cruz, sea de hoy en adelante el camino para conseguir la reconciliación y la paz»
» Que la paz sea para nosotros de hoy en adelante responsabilidad de todos, no solamente de determinados sectores».
Dijo que el triunfo de Jesús sobre la muerte, es la dinámica de la vida, el perdón y la paz y ese es el sentido profundo de la resurrección.
Puntualizó que la realidad de la guerra que el mundo vive hoy es acallado con el saludo de paz del resucitado.
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10, 34a. 37-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
«Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. A este lo mataron, colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió la gracia de manifestarse, no a todo el pueblo, sino a los testigos designados por Dios: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección de entre los muertos.
Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. De él dan testimonio todos los profetas: que todos los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados».
Salmo
Sal 117, 1-2. 16-17. 22-23 R/. Este es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia. R/.
«La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa».
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor. R/.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 1-4
Hermanos:
Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1-9
El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.