Agencias
El Papa Francisco, reveló que cuando estuvo delicado de salud y que tuvo que ser operado por padecer de diverticulis, hubo algunos que lo querían muerto, incluso hubo prelados que pensaban que estaba más grave de lo que se decía y preparaban un cónclave y nombrar a un sucesor.
El anterior señalamiento fue publicado en la última edición de la revista La Civiltà Cattolica, respecto al diálogo que el Papa Francisco, sostuvo con un grupo de 52 jesuitas en su gira pastoral a Eslovaquia.
En el cuerpo de la nota, se destaca que el Papa pidió paciencia a quienes ya se preparaban para un nuevo cónclave.
“¡Paciencia! Gracias a Dios, estoy bien. La operación fue una decisión que no quería tomar, fue un enfermero el que me convenció”.
Una de las preguntas de uno de los jesuitas al Papa fue cómo se encontraba, y él, señaló: “Vivo todavía, aunque algunos me querían muerto, sé que hubo incluso reuniones entre prelados, que pensaban que el Papa estaba más grave de lo que se decía, y preparaban el Cónclave”.
En su encuentro, el Papa Francisco habló de otros tópicos, pero resaltó su llamado a los Jesuitas tener 4 cercanías, “con Dios, entre ustedes, con los obispos y el Papa; y con el pueblo De Dios, la más importante”.
La Cercanía con Dios, por medio de la oración. “La oración verdadera, de corazón, no la formal que no toca el corazón. La oración que lucha con Dios, y que conoce ese desierto donde no se siente nada”.
Cercanía “entre ustedes”, porque “el amor entre hermanos, el amor austero de los jesuitas es muy fino, caritativo, pero también austero: amor de hombres. A mí me duele cuando alguno de ustedes u otros sacerdotes se ‘descueran’ entre sí. Eso bloquea, impide avanzar”.
Tercera cercanía, “cercanía con el obispo”: “¡Que no se encuentren jesuitas que hablan mal del obispo! Si un jesuita piensa de manera distinta que el obispo y tiene coraje, entonces que vaya donde el obispo y le diga las cosas que piensa. Y cuando digo obispo, digo también el Papa”.
Por último, “cercanía al pueblo de Dios”: “La cercanía al pueblo de Dios es muy importante porque nos «enfoca». No olviden nunca de dónde salimos, de dónde venimos: nuestro pueblo”. “Nuestras raíces están en la Iglesia, qué es el pueblo de Dios”.
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