Libre Expresión
José Antonio Cuéllar
El proceso electoral está en su recta final, y la mayoría de las empresas encuestadoras señalan que Enrique Cárdenas Sánchez, candidato panista a la gubernatura, se mantiene muy abajo en las preferencias electorales respecto al morenista Luis Miguel Barbosa.
Barbosa le lleva a Cárdenas de entre 30 a 35 puntos porcentuales de ventaja. Y solo un milagro podría revertir esto el día de la elección que será el próximo 2 de junio.
Pero el PAN, quiere hacer creer lo contrario, y en comunicado afirma que “los números muestran un crecimiento de Enrique Cárdenas en las preferencias electorales y una caída en los números de Miguel Barbosa, lo que ha provocado que se intensifiquen los ataques a Cárdenas”.
La estrategia del PAN a unos días de la elección es victimizar a Enrique Cárdenas, tratando de levantar su imagen.
Otro mensaje del PAN es que Enrique Cárdenas recibió mensaje a su teléfono personal –vía texto- para intimidarlo e inhibirlo, y culpando sin fundamento al candidato Miguel Barbosa.
La respuesta de MORENA a través de David Méndez Márquez, vocero de la campaña barbosista, fue de rechazo a una guerra sucia.
Para el vocero ni Morena ni Miguel Barbosa necesitan recurrir a una práctica de esa naturaleza cuando el panorama con miras a las elecciones está a favor de su candidato.
“Por el contrario –dijo- tanto en la campaña anterior, como en ésta, nuestro candidato –Miguel Barbosa- ha sido objeto de todo tipo de mentiras, insidias, tergiversación de hechos y campañas de odio”.
Y condenó cualquier amenaza o agresión a los candidatos, personas y patrimonio de los que participan en este proceso electoral. A su vez pidió que “las amenazas al candidato del PAN al gobierno del estado sean investigadas por las autoridades correspondientes”.
Al candidato Cárdenas le han hecho la guerra sucia desde las mismas entrañas del PAN, y él ha tenido que luchar contra un control que le impusieron los panistas tradicionales a través del manejo del dinero que dio el Instituto Nacional Electoral como parte de las prerrogativas a los partidos políticos.