Puerto Príncipe, Haití, 9 de diciembre de 2024. Una masacre devastadora sacudió la comunidad de Warf Jeremie, en el suburbio empobrecido y violento de Cité Soleil, donde más de 120 personas, en su mayoría mayores de 60 años, fueron brutalmente asesinadas entre el 5 y el 7 de diciembre. La masacre fue perpetrada por una banda armada liderada por Micanor Altes, alias “Wa Mikano”, quien culpó a las víctimas de practicar brujería que habría enfermado gravemente a su hijo.
Una tragedia vinculada al vudú
Según la organización de derechos humanos CDP-Haití, “Wa Mikano” consultó a un sacerdote de vudú, quien le aseguró que los ancianos habían lanzado un mal de ojo al menor. Esto desató una serie de asesinatos brutales con cuchillos y machetes. A pesar de la masacre, el hijo del líder pandillero falleció el domingo por la tarde, confirmaron los activistas.
Entre las víctimas también se encuentran jóvenes y personas que planeaban emigrar ilegalmente desde Warf Jeremie, lo cual, según denuncias, estaba relacionado con rituales de vudú.
Impacto en la comunidad
La zona de Warf Jeremie, controlada durante años por “Wa Mikano” con mano de hierro, es una de las más desprotegidas de Haití, careciendo de servicios básicos y con una población que vive en condiciones inhumanas. Tras los asesinatos, el pánico se ha apoderado de la comunidad. El transporte público se encuentra paralizado, y el miedo ha generado un ambiente de tensión y desamparo.
Mario, un líder comunitario de la zona, pidió una intervención urgente para proteger a los ciudadanos. “Estos trágicos incidentes ponen de relieve la urgencia de intervenir para proteger a los ciudadanos”, afirmó en declaraciones recogidas por CDP-Haití.
Crisis humanitaria en Cité Soleil
Esta masacre no solo refleja la violencia extrema que azota a Haití, sino también la profunda crisis humanitaria en Cité Soleil, el barrio marginal más grande del país. Líderes humanitarios y comunitarios insisten en que se necesita apoyo inmediato para garantizar la seguridad y los derechos básicos de la población.
Un llamado a la acción
La tragedia pone de manifiesto la fragilidad del sistema de justicia y la incapacidad del Estado para controlar a las bandas armadas que aterrorizan a las comunidades. Mientras la cifra oficial de víctimas sigue sin confirmarse, la población de Warf Jeremie queda atrapada entre el miedo y la desesperanza, esperando una respuesta efectiva que devuelva la paz a sus calles.
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