Vecinos y automovilistas ya habían reportado al Ayuntamiento de Lalo Rivera la necesidad de señalética y reductores de velocidad, el alcalde hizo caso omiso, y la falta de alumbrado y atención continúa poniendo en peligro a los ciudadanos en camino a sus hogares y propicia accidentes.
El alcalde en alguno de sus eventos propagandísticos señaló que con la instalación de «tecnología led» en diversos puntos de la ciudad «ahorraría el municipio el 40% de energía» tal vez le faltó aclarar que el ahorro viene de mantener las zonas de la ciudad completamente a obscuras, como boca de lobo.
Para los poblanos el «rumbo» del Alcalde no es muy claro, por lo menos en Carmelitas por la noche no hay claridad, solo postes inútiles, y de paso el actuar de los malosos delincuentes.
Eduardo Rivera, le urge cobrar el impuesto del Derecho al Alumbrado Público -DAP-, para tener más dinero, y promete mejoras al alumbrado público de la ciudad, pero el ciudadano ya no cree en las promesas de los políticos. Dicen una cosa y hacen otra, o prometen mucho, pero luego no pueden. Y se la pasan quejándose de sus antecesores.
El capitalino sigue esperando la Ciudad de 10 y el cambio de rumbo que prometió Eduardo Rivera. Lo peor de todo es que todavía no cumple, y ya trabaja en su proyecto para saltar a la candidatura por el gobierno de Puebla, como un chapulín.
