En Cantona, Puebla, fueron encontrados recientemente cuatro jóvenes en una tumba con forma de cuello de botella. El hallazgo podría datar del 300 a.C.-50 d.C.
El descubrimiento sucedió al sur del asentamiento de lava volcánica sobre la que se fundó Cantona, y por su cercanía al antiguo se infiere que los restos óseos corresponden a esa misma cultura.
De acuerdo con los análisis, se trata de cuatro jóvenes, uno de los cuales presentaba deformación craneal tabular erecta. Los restos óseos no guardaban su posición anatómica y presentaban un mal estado de conservación.
Cantona, hallazgo inesperados
Los entierros fueron encontrados por pobladores de Tepeyahualco, quienes inicialmente pensaron que se trataban de víctimas del crimen. El entierro ha sido excavado por los especialistas del INAH con apoyo de la comunidad, y los materiales se llevaron al Laboratorio de Arqueología del Centro INAH Puebla, donde recibirán tratamientos de conservación y serán estudiados.
De acuerdo con el arqueólogo Alberto Diez, los tiestos recolectados, asociados al enterramiento, corresponden en su mayoría a los tipos Tezontepec Rojo y Payuca Rojo, ubicados cronológicamente para la fase Cantona I Tardío (300 a.C.–50 d.C.). En los niveles superiores, al exterior del montículo se halló un fragmento de un vaso característico del tipo Poleo Rojo con manchas negras, cuya cronología es muy amplia, ya que se ha detectado entre los periodos Cantona I Tardío y Cantona III (150 a.C.–900 d.C.
Asimismo, la tumba, cuya estructura está hecha en forma de cuello de botella, sugiere por su estilo una data del 300 a.C. La tumba con forma de botella, eran de 1.60 metros de altura, cuyo diámetro aproximado en la base es de 97 centímetros, la cual se ampliaba hasta 1.10 metros a la mitad de la estructura, y en el extremo superior se cerraba hasta 45 centímetros