Los Fuertes de Loreto y Guadalupe son unas antiguas edificaciones militares que se encuentran en la ciudad de Puebla. Originalmente se trataba de capillas construidas en lo alto del cerro Acueyametepec, que fueron reconstruidas principios del siglo XIX como fortificaciones con finalidades militares. Sirvieron de escenario principal tanto en la batalla como en el Asedio de Puebla, durante la Segunda Intervención Francesa en México. Declarados patrimonio histórico de México, actualmente albergan museos de sitios por los que el Fuerte de San Loreto y Guadalupe se hicieron famosos.
Las ermitas
Los fuertes se ubican en el área noreste de Puebla, en una colina conocida como Acueyametepec durante la era prehispánica. En el siglo XVI, los frailes franciscanos construyeron una ermita en el lado este de la colina; más tarde, ese edificio se expandió a un templo bajo la dedicación de San Cristóbal, que finalmente quedó bajo el control de los padres Betlemitas, razón por la cual el área se conocía como Cerro de Belén. En la cara oeste se erigió otro templo, al que se le asignó la dedicación de la Virgen de Loreto, mientras que el templo original se dedicó a la Virgen de Guadalupe.
Uso militar
En 1816 el español Ciriaco del Llano, ordenó la construcción de muros de piedra con revestimientos de cal alrededor de los templos, con el objetivo de convertirlos en posiciones militares para evitar ataques a Puebla, por parte de grupos insurgentes. Las ermitas se utilizaron a partir de entonces como revistas en polvo. En el caso de Loreto, debido al estado de la ermita, fue necesario reparar las paredes, las rampas y el edificio central. En Guadalupe, la ermita fue demolida y se hicieron partes subterráneas para una bóveda y una cisterna.
Entre las fortalezas hay una separación de 928 metros en línea recta. No son grandes debido a las características del terreno. En el caso de Loreto, tiene bastiones circulares y no tiene foso, mientras que Guadalupe solo tiene dos pequeños bastiones y un relieve que cubría la entrada.
Las luchas por Puebla
Debido a la importancia estratégica durante la intervención francesa, los fuertes sirvieron como cuartel general del Ejército del Este y punto central de las batallas que se libraron en Puebla. Debido a su ubicación y las defensas que se concentraban a su alrededor, los fuertes representaban la “puerta” de México: si caían, la rendición de Puebla era inevitable y con ello se abría el paso libre a la ciudad de México. Es por eso que las fuerzas francesas los atacaron en primer lugar durante la batalla del 5 de mayo de 1862 y al año siguiente, fortalecidos y con un contingente mucho más grande, los sometieron a un bombardeo despiadado hasta que quedaron en ruinas.
La Batalla de Puebla fue un combate que se libró el 5 de mayo de 1862 en las cercanías de la ciudad de Puebla, entre los ejércitos de la República Mexicana, bajo el mando del General Ignacio Zaragoza y el Segundo Imperio francés, dirigido por Charles Ferdinand Latrille, conde de Lorencez, durante la Segunda Intervención Francesa en México, cuyo resultado fue una importante victoria para los mexicanos ya que con fuerzas consideradas inferiores, lograron derrotar a uno de los ejércitos más experimentados y respetados de su tiempo. A pesar de su éxito, la batalla no impidió la invasión del país, solo la retrasó; sin embargo, sería la primera batalla de una guerra que México finalmente ganaría. Los franceses volverían al año siguiente, con lo cual se libró una segunda batalla en Puebla en la que 35 mil franceses se enfrentaron a 29 mil mexicanos (una defensa que duró 62 días) y lograron avanzar a la Ciudad de México, lo que permitió el establecimieno del Segundo Imperio Mexicano.
Por último, debido a la incapacidad de consolidar un imperio y después de perder 11 mil hombres debido a la actividad guerrillera que nunca dejó de existir, los franceses se retiraron incondicionalmente del país en 1867 al mando del emperador Napoleón III ante la amenaza de Prusia en Europa y la amenaza estadunidense de invadirlo si no se retiraba de México.
Con excepción del Grito de Dolores, la conmemoración de la Batalla de Puebla es la fecha más importante en el calendario cívico mexicano, ya que es una de las pocas victorias contra un ejército extranjero invasor.
Simbólicamente, representa el logo e una gran compañía por parte de los mexicanos, que se puede lograr si se olvidan las divisiones y se superan las deficiencias, como lo demuestra el hecho de que se logró la victoria con coraje y dedicación, a pesar de que todo estaba en contra: inferioridad numérica y material, moral disminuida por la tragedia de Chalchicomula y la simpatía de algunos sectores de las élites y la clase política hacia los invasores.
El 5 de Mayo es una fecha entrañable para los mexicanos, se celebra en las principales ciudades del país con desfiles y festivales. Ese día se llevan a cabo celebraciones en todo el país a jóvenes que sirven al Servicio Militar Nacional.
El fuerte de Loreto fue escenario de la Batalla del 5 de mayo de 1862 entre los ejércitos mexicano y francés. El recinto destaca por difundir el nacionalismo, la identidad y el orgullo mexicanos.
En su acervo hay una colección de objetos históricos del siglo XIX, entre los que se encuentran armas, banderas, documentos, óleos, artículos personales y vestimenta militar. También llaman la atención las cartas del presidente Benito Juárez al general Zaragoza, relacionadas con la batalla, así como las pinturas de los generales.
Este museo complementa la visita al vecino Museo del Sitio, Fuerte de Guadalupe.
Ubicación
Museo de la No Intervención Fuerte de Loreto: Calzada de los Fuertes, Cívica 5 de Mayo, Heroica Puebla de Zaragoza, Puebla, México.
16 años cuestionándolo todo, investigación y crítica política sin censura.
You must be logged in to post a comment Login