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SOBRE EL PROYECTO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN EN RELACIÓN CON EL ABORTO EN EL ESTADO DE VERACRUZ.
Como ya es conocimiento de todos, el martes 21 de julio de 2020 se dio a conocer que la Suprema Corte de Justicia de la Nación analizará, un expediente relacionado con el aborto y con la protección del derecho a la vida de los seres humanos en gestación en el Estado de Veracruz. Las implicaciones de dicho análisis y su resolución podrían impactar directamente en la protección legal del derecho humano fundamental a la vida, en concreto en sus primeras etapas. Si bien sus consecuencias inmediatas tendrían efecto en ese Estado, sus efectos se podrían extender a las demás entidades de país.
Los obispos de México[1] confirmamos una vez más, lo expuesto en la Declaración Conjunta sobre la Vida y la Dignidad Humana [2], dada a conocer el jueves 16 de julio del presente:
– Denunciamos todo intento explícito o velado, directo o sofisticado, de justificar el aborto provocado o de arrebatar la protección jurídica a los hijos antes de nacer.
– Celebramos que cada persona es creada por Dios como un ser que merece ser amado por sí mismo y nunca deber ser usado como mero medio.
– La vida que cada ser humano posee desde la concepción y hasta la muerte natural, es un don que hay que custodiar como algo verdaderamente sagrado.
– Afirmamos, acorde con la evidencia científica, que la vida humana comienza desde el momento de la concepción.
– Reafirmamos que todo ser humano es merecedor de respeto y debe ser reconocido y tratado como persona, sin limitarlo por su grado de desarrollo, su salud, su origen o su condición social o económica.” (n. 11, b. y c.)
El aborto no es un apoyo para la mujer, que puede ser incluso víctima al encontrarse en el vientre de su madre. Es necesario que sea reconocida y atendida esta dignidad humana en particular en el caso de la mujer en situación vulnerable. Los obispos reconocemos la necesidad de una atención especial para aquellas mujeres que requieren protección, apoyo en sus necesidades materiales y de salud física y psicológica. Para la mujer, la cárcel nunca será la solución.
Animamos a todos los fieles, a los legisladores, abogados y a todos los ciudadanos a seguir levantando fuertemente la voz, en defensa de la vida y de la dignidad humana. Muchos lo están haciendo y nos alegramos por su convicción y valentía, vale la pena actuar en defensa de la vida desde su concepción porque es anunciar el Evangelio de la vida de Nuestro Señor Jesucristo. Pedimos a las autoridades de cualquiera de los tres poderes, actuar con miras a otorgar la máxima protección legal al derecho a la vida que tiene cada individuo de la especie humana en cualquier momento y circunstancia.
Fraternalmente
✠ Jesús José Herrera Quiñónez
Obispo de Nuevo Casas Grandes
y Responsable de la Dimensión Episcopal de Vida
✠ Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
Presidente de la CEM