Sin Secretos / Angélica García Muñoz
Bajo el lema «Por Amor a Puebla», el gobernador Alejandro Armenta, encabezó la séptima Faena Comunitaria de su administración, reuniendo a ciudadanos y brigadas estatales en la lateral de la Autopista México-Puebla, en la colonia Villa Frontera.
Con poda de árboles, retiro de escombro, pintado de banquetas y señalética, la jornada no solo busca embellecer la ciudad, sino también construir Senderos de Paz, como lo ha planteado la presidenta Claudia Sheinbaum.
Armenta, con esa mezcla de sencillez y discurso social que lo caracteriza, no se limitó a dar órdenes desde un micrófono. Ahí, estaba.
Con las mangas arremangadas, podando pasto y demostrando que, cuando se trata de trabajar, no hay distancias entre el gobernante y el gobernado.
«Es un trabajo de todos», dijo, y no era solo una frase bonita. Era un llamado a la acción, un recordatorio de que Puebla no se construye desde un escritorio, sino con las manos y el esfuerzo de todos.
Más allá de la limpieza y el orden, esta faena es una lección de civismo.
En un estado como Puebla, donde los problemas se acumulan como el escombro en una esquina, el trabajo en equipo no es una opción, es una obligación. Armenta lo sabe bien.
Por eso, su mensaje no se limita a la limpieza de calles; es una invitación a enfrentar juntos los desafíos que aquejan al estado: seguridad, educación, empleo, bienestar familiar.
Este esfuerzo conjunto es un espejo en el que Puebla debe mirarse.
Las problemáticas del estado no se resolverán de la noche a la mañana, pero cada faena, cada jornada de colaboración, es un paso firme hacia un futuro más prometedor. El trabajo en equipo no solo construye senderos de paz; también siembra esperanza y fortalece el tejido social.
La faena no termina aquí. Es solo el inicio de un camino que requiere de todos: ciudadanos, autoridades, organizaciones.
Porque Puebla no se transformará con discursos, sino con acciones concretas y con la convicción de que, unidos, somos más fuertes.
Y el ejemplo arrastra, el alcalde Pepe Cheraui, al igual que otros ciudadanos, se sumaron a la jornada.

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