Angélica García Muñoz / Diariosinsecretos.com
Hoy, en Puebla se vive un clima de libertades y de respeto a los medios de comunicación.
La época de persecución ejercida en los gobiernos pasados quedó atrás; no solo hay que referirse al Morenovallismo, también negras historias se pueden contar de exgobernadores priistas.
Los sobrevivientes del periodismo, hoy respiran aires más frescos de democracia.
En los medios de comunicación se ha hecho crítica contra el gobernador Miguel Barbosa Huerta, así como de los alcaldes Claudia Rivera Vivanco (Puebla); Karina Pérez Popoca (San Andrés Cholula; Luis Alberto Arriaga (San Pedro Cholula); Lupita Daniel Hernández, (Cuautlancingo); Guillermo Velázquez (Atlixco); Marisol Cruz (Tecamachalco); y hasta Felipe Patjane (Tehuacán); Carlos Peredo (Teziutlán) Gustavo Vargas (Huauchinango); Sergio Salón Céspedes (Tepeaca), Mario de la Rosa (Amozoc); Norma Layón (San Martin Texmelucan; Angélica Alvarado (Huejotzingo), justificadas o no, cuestionados algunos en sus pasados informes de gobierno, y ovacionados otros, y de todo dio cuenta la prensa poblana.
Para el gobernador no todo ha sido miel sobre hojuelas, el denunciar a sus antecesores y el propósito de desterrar la corrupción, y el exhortar a ediles de rodearse de personas limpias y sin cola que les pise, además de acusar a priistas y panistas de ser la causa de la ruina de municipios como el de Tehuacán, ha provocado que al meterse con intereses políticos se le quiera cobrar la factura hasta el grado de pretender que pida perdón por haber expresado: “Yo gané, me la robaron; pero los castigo Dios”, cuando es frase popular de nuestro pueblo que no ameritaba un exhorto promovido por la bancada del PAN, ni por algunos senadores como Nancy de la Sierra Arámburu; Ricardo Monreal y Alejandro Rojas Díaz Durán, e impulsada también por algunos empresarios.
En todo momento Miguel Barbosa, se ha mostrado tolerante a la crítica, pero también ha respondido de frente, con valentía y defendiendo su visión de Estado acorde con la Cuarta Transformación, y los lineamientos del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se necesitan agallas para limpiar a Puebla de viejos vicios, canonjías, y terminar con “moches” y el desvío de recursos públicos. Y esto implica no ceder a ningún tipo de presiones y chantajes de grupos. Los que han tenido privilegios y ven en el gobierno actual afectados sus intereses, se dicen perseguidos, y exigen justicia, pero como dijo la alcaldesa Karina Pérez Popoca, en su informe de gobierno: “Los hipócritas, hoy quieren ser los justos”.
La tarea de Miguel Barbosa no ha sido fácil y no lo será. Vienen tiempos difíciles para su gobierno, a la vuelta de la esquina están las elecciones del 2021. Los cuestionamientos de los opositores al gobierno y a su gobernante seguirán, por el hecho de que hay un mandatario que conoce ampliamente el Estado, a los grupos políticos, sociales y empresariales.
Mantiene una espléndida relación con las Iglesias; tiene experiencia legislativa; conoce las diferentes regiones de la entidad, y es político incansable para el trabajo y el servicio público.
Su carácter está forjado en la adversidad, no le tiembla la mano para adoptar una medida aunque anti popular, como el aumento a la tarifa del transporte, pero necesaria para el desarrollo de un parque vehicular moderno que apuntale al desarrollo del Estado, y sensible, para rectificar beneficios al sector escolar; y escuchar a la gente en los Martes Ciudadanos.
La libertad de expresión es un derecho, no es exclusiva de sector o gremio alguno, o de los gobernantes. Si bien todos tenemos derecho al libre pensamiento y la expresión del mismo, el ejercicio de este derecho está sujeto a responsabilidades ulteriores para asegurar en la práctica, que nadie agravie los derechos de otros ni se perjudique la seguridad nacional o del Estado, orden y moral pública (Según la Convención Americana de Derechos Humanos).
16 años cuestionándolo todo, investigación y crítica política sin censura.