Sin Secretos / Angelica García Muñoz
Hoy vamos al grano: el Centro Histórico de Puebla lleva décadas ahogado en un sistema de extorsión y sombrillas de colores. Artesanos y comerciantes instalados afuera del edificio «Carolino» – 3 oriente entre 4 y 6 sur- claman que autoridad municipal intervenga contra mafias que les arrancan desde 50 pesos diarios y hasta 200 en temporada alta– por vender pulseras, camisas hechas a mano o cualquier otro artículo. ¿En temporada baja? 50 pesos, más un extra por bodega para guardar la mercancía. Un negocio redondo para los líderes, un calvario para los vendedores.
¿Quiénes son? líderes u operadores de Fuerza 2000 y la UPVA 28 de Octubre, que cobran y golpean si el comerciante se rebela. Lo obligan a marchar y aplaudir en sus reuniones; si no vas, adiós lugar.
Esto no es nuevo: gobiernos de todos los colores han dejado crecer estas mafias. Les han dado espacios, negociado con ellos mientras los autónomos se quedan fuera. Hoy, el morenista Pepe Chedraui tiene la chance de romper esa herencia.
Miles están atrapados, pagando a extorsionadores porque no hay opción. Los artesanos, que crean con sus manos, piden frenar las baratijas chinas que aplastan sus trabajos. No es lo mismo, pero nadie los distingue. En diciembre, la 5 de Mayo fue un caos; en febrero, en El Carolino agredieron a seis que quisieron independizarse. ¿Hasta cuándo? Este gobierno puede lavar la corrupción, no solo calles, y cambiar décadas de complicidad. Los líderes engordan mientras los vendedores se desangran y los poblanos pagamos un Centro Histórico secuestrado. Esto no es comercio, es esclavitud con sombrilla.
Hay un video que circula en redes, donde uno de los líderes y ayudantes lo golpean , y todo por no acatar lo que le mandan, y tener que pagar de 50 a 200 pesos, y de paso lo obligan a marchar. «Nos han esclavizado», dice, y pide a Chedraui lugares sin coyotes. Es el rostro de este drama viejo que hoy puede tener fin.

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