Las denuncias llueven contra Eduardo Rivera Pérez por lavado de dinero, desvío de recursos públicos y encubrir a dos de sus funcionarios agresores sexuales y laborales.
A las licitaciones amañadas; encuestas manipuladas que, además, no aparecen; nóminas infladas; falta de obras que no reflejan los más de 6 mil millones de pesos de presupuesto anual, más los ingresos propios; los acosos sexuales y laborales, hay que agregar la construcción del Complejo de Seguridad Pública Municipal, en el que se han invertido cientos de millones de pesos, pero que no servirá de nada porque no hay capacitación, no hay una directriz que sirva para combatir la inseguridad, no hay profesionalismo y sí, en cambio, priva la ambición desmedida por el dinero y posiciones políticas.
La alcaldía de Puebla, 2011-2014, le sirvió a Eduardo Rivera para perder la dignidad ante su amo Rafael Moreno Valle Rosas. Fue exhibido por su cuenta pública 2013, siendo inhabilitado 12 años y sancionado con 25 millones de pesos, que solo una sórdida negociación entre Rafael y Marko Cortés la dejó sin efecto.
En su segunda oportunidad, 2021, 2024, “Lelo” Rivera volvió a desperdiciar la oportunidad de servir con decencia a los poblanos; al contrario, les dio atole con el dedo. Ni siquiera terminó su gestión y compite por la gubernatura entre escándalos de fraude e impunidad, dejando su lugar al títere Adán Domínguez.
Las denuncias contra sus directores de protección civil y comunicación social, por agresión sexual y laboral, se multiplican con el complejo de seguridad pública, obra que está a cargo de Antonio “Toño” Yitani, quien por cierto tiene ligas familiares con políticos y es el constructor consentido de gente en el poder.
La obra se debe transparentar, porque no está claro el origen de los recursos.
Se dice que manos negras financian la campaña de Rivera Pérez.
La traición hiede.
¿La inversión fue aprobada por el cabildo?
¿La construcción en San Felipe Hueyotlipan en los terrenos comprados a José Asef Hanan Badry y Guillermo Martín Hanan Budib, fue licitada o se entregó con premeditación, alevosía y ventaja?
¿La extensión de 4 kilómetros cuadrados valen el dinero que se pagó, porque, al parecer, fue etiquetado en 9,500 pesos el metro?
¿Tanta es la plusvalía en esa zona?
¿A qué políticos sirve Toño Yitani, que le han valido conseguir obra pública con una facilidad pasmosa?
La seguridad pública, el abuso y el engaño a la gente, son grandes pecados de Eduardo Rivera que le llevarán a una derrota aparatosa ante Alejandro Armenta.
¿Un complejo de seguridad iniciado en abril de 2023 para entregarse en mayo de 2024, un mes antes de la elección del 2 de junio?
¿Para qué, si la ineficiencia coadyuva a fomentar los crímenes en Puebla?
A plena luz del día asaltan y asesinan, mientras la policía municipal brilla por su ausencia.
POSDATA: Viene la revisión a los contratos de concesión del agua potable que firmó por 30 años, en 2014, Eduardo Rivera Pérez, afectando a millones de poblanos.
Tantita vergüenza, por favor.
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