Libre Expresión /José Antonio Cuéllar Montiel
Lo más importante para un político, es entregar buenos resultados y dejar huella a su paso, y Edmundo Tlatehui, deja el cargo de alcalde satisfecho de haber cumplido a los habitantes de San Andrés Cholula, con el reconocimiento de la gente que confió en él, en su proyecto y en su palabra.
Mientras acontecía su tercer informe de gobierno, vi a un Edmundo caminar tranquilo, con paso seguro y siendo reconocido por la gente, a la cual le cumplió.
Diferente cuando el político no cumple y lejos de ser reconocido, es abucheado y repudiado, como sucede en Puebla capital con autoridades como Eduardo Rivera y su gerente Adán Domínguez, que terminaron apestados y dejando un hedor de ineficiencia, a su paso po el ayuntamiento capitalino, una ciudad insegura, obras deficientes y malos servicios, calles deterioradas, empleados prepotentes y abusivos como sus jefes, y una deuda que alcanza los mil 600 millones de pesos que tendrá que cargar el nuevo alcalde Pepe Chedraui.
Edmundo, ha decidido seguir haciendo política
No faltan las descalificaciones del grupo de Eduardo Rivera hacia Edmundo Tlatehui, diciendo que no respeta acuerdos, que es traidor y que no pemitiEdmundo Tlatehui, cumplió; el panista seguirá haciendo política.
Se le olvida a Rivera y su grupo que fue Edmundo quien dio todo el respaldo a Eduardo, como candidato a la gubernatura; al igual que a Humberto Aguila Coronado que buscaba ser diputado, y Lupita Cuautle, en ese entonces presidenta del DIF municipal, daba múltiples atenciones a Liliana Ortiz, esposa de Eduardo.
No reconocen que el mismo Eduardo, traicionó al PAN ofreciendo posiciones al PRI y PRD, y negoció con Marko Cortés, dirigente nacional panista, la diputación federal de Liliana Ortiz, quien sin despeinarse hoy es legisladora.
Edmundo Tlatehui, entrevistado por reporteros, dijo que seguirá haciendo política, y buscar ser el dirigente estatal del PAN. Por supuesto que le pondrán obstáculos, pero él seguirá en su lucha por ser el dirigente estatal, ante la imperiosa urgencia de moralizar a este partido secuestrado por un grupúsculo que lo ha corrompido y convertido en agencia de colocación de empleos.
El dilema de la militancia panista: O se decide por un verdadero cambio que permita tener un partido renovado y competitivo, o destinarlo a futuras derrotas, y tener un final igual que el PRD, su sepultura.
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