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*Aumentan contagios de COVID-19 en países que aplican vacunas chinas
En un artículo de la periodista Oriana Rivas, difundido en la agencias de noticias Panam Post, se destaca que las vacunas Sinovac, Sinopharm y CoronaVac, no sean tan efectivas contra el COVID-19 como aseguraba el régimen comunista chino. Varios países que recibieron estas dosis están registrando altas tasas de contagio a pesar de que han inoculado a gran parte de su población.
Uno de los casos destacados es Mongolia, que ha vacunado a 52 % de sus habitantes con Sinopharm. Sin embargo, hace cinco días registró 2400 nuevas infecciones, cuadruplicando el mes anterior. Una situación similar atraviesan Seychelles (en África Oriental), Baréin y Chile, según un reporte de The New York Times.
Los números sobre la efectividad de estas vacunas ha sido de conocimiento público. Sinopharm fue reconocida por la OMS con una eficacia de 79 %, mientras que Sinovac tan solo tiene 51 % de efectividad. Esto contrasta con las vacunas de Pfizer-BioNTech o Moderna, ambas tienen 95 % de efectivad y fueron creadas en Estados Unidos. Allí los casos han caído 94 % en seis meses, según dicho medio.
«Si las vacunas son lo suficientemente buenas, no deberíamos ver este patrón», dijo Jin Dongyan, virólogo de la Universidad de Hong Kong.
Las consecuencias ahora son visibles para el resto de los países que recibieron expectantes las dosis chinas.
La peligrosa diplomacia de vacunas
Transcurría el mes de julio de 2020 cuando China anunció 1.000 millones de dólares en créditos para vacunas en América Latina. Con este tipo de acciones el régimen de Xi Jinping inició la llamada diplomacia de vacunas que le ayudaría a consolidarse aún más como potencia mundial.
Este año anunció la donación de fármacos inmunizantes para 37 países en todo el mundo de manera «gratuita». Las vacunas eran nada más y nada menos que las de Sinopharm y Sinovac. Ecuador, Venezuela, Bolivia y República Dominicana fueron algunos de los elegidos.
El Partido Comunista Chino sabía la oportunidad que representaba enviar dosis a otros países: convertirse en un benefactor de naciones pobres o con difícil acceso a la inmunización. Mientras tanto, China criticaba a Pfizer y BioNTech por un incidente en Noruega, donde murieron varios ancianos, aunque la Agencia Noruega de Medicamentos no halló vínculos.
De esta manera fue construyendo una imagen que le sirvió para enviar dosis a países con los que ni siquiera tiene relaciones diplomáticas, por ejemplo, Paraguay. Rusia va por el mismo camino. Según la página web de Sputnik V, ha tenido presencia en más de 65 países.
“Entiendo que tiene sentido desde el punto de vista sanitario. Pero la otra cara de la moneda es que cuando (Angela) Merkel dice ‘bienvenida Sputnik’ está dando credibilidad a la Rusia de Vladímir Putin, la que acaba de encarcelar a su principal disidente. O a la China que oprime a los uigures y aplasta la democracia en Hong Kong”. Estas palabras emitidas en febrero de este año pertenecen a David Fidler, experto en Salud Global de la organización estadounidense Council on Foreign Relations.
Entonces, China avanzaba estratégica y diplomáticamente con vacunas que están quedando en entredicho en medio del aumento de contagios.
Ante la duda, anuncian una tercera dosis
La reputación de las dosis chinas merma a medida que se hacen más comparaciones. Seychelles, el archipiélago africano de 115 islas, ha vacunado completamente al 68,44 % de su población, según Our World In Data. Pero los contagios sobrepasan los 716 casos por millón. En cambio, Israel con 59,56 % de vacunados con ambas dosis de Pfizer, registra 4,95 casos por millón.
El artículo de The New York Times señala que al menos 90 países han recibido las inyecciones chinas, por ende causa alarma la baja capacidad para prevenir contagios. Los esfuerzos del medio estadounidense por contactar a Sinopharm y Sinovac fueron en vano, no hubo voceros dispuestos a hablar sobre la posibilidad de nuevas infecciones.
El escenario a futuro arrojaría la existencia de tres categorías de países: las naciones ricas que usaron sus recursos para asegurar las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna, los países más pobres que están lejos de inmunizar a la mayoría de los ciudadanos, y los que están completamente inoculados pero solo parcialmente protegidas. Aquellos con las dosis chinas podrían entrar en el tercer grupo.
Es tal la magnitud de lo que está ocurriendo que Baréin y los Emiratos Árabes Unidos informaron sobre una tercera vacuna de refuerzo. Las opciones son Pfizer o aplicar otra dosis de Sinopharm.
CoronaVac bajo estudio
No menos importante es la vacuna CoronaVac creada por el laboratorio chino Sinovac. Obtuvo 50,38 % de eficacia, según un ensayo realizado en Brasil. Apenas cumplió el porcentaje exigido por la OMS y la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa).
Chile está considerando la necesidad de aplicar una tercera dosis del mismo laboratorio o de otros, como Pfizer-BioNTech. El portal La Tercera reseñaba que según el Ministerio de Salud (Minsal), al 17 de junio se registraban 1274 personas reinfectadas o con sospecha de haber tenido COVID-19 por segunda vez. La cifra aún es baja, pero ha ido abultándose.
Expertos manejan posibles causas como una inmunidad insuficiente desarrollada durante el primer contagio. No obstante, el gobierno de Sebastián Piñera decidió examinar la vacuna. Además de esto, el país latinoamericano detectó hace pocos días un caso relacionado con la variante Delta, una de las cepas con mayor nivel de contagio.
Jugada estratégica o no. China logró entrar a muchos países con sus dosis. Quizás acá aplica el dicho de haber metido «gato por liebre”.
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