Libre Expresión / José Antonio Cuéllar M.
Con el inicio de nuevos tiempos políticos al entrar en vigor las renovadas alcaldías, diputaciones y la gubernatura, el papel de la oposición será fundamental para dar un equilibrio a la balanza.
El PAN debe evitar cometer el mismo error que el PRI con la imposición de Alejandro “alito” Moreno, en la dirigencia nacional, que ha secuestrado al expartidazo con el apoyo de unos cuantos y con la amenaza de impugnación de los que piden un proceso democrático.
En Puebla, hay aspirantes a la dirigencia estatal del PAN, que han levantado la voz y piden involucrar a la militancia para elegir a la nueva dirigencia y que haya una verdadera renovación que ponga fin a los privilegios y el control férreo de un grupo que lo tiene secuestrado.
El PAN debe llegar al 2027 y al 2030 fortalecido y unido, de lo contrario seguirá el retroceso y continuarán las derrotas.
La experiencia en San Andrés Cholula es visible, es él municipio más importante de los azules después del 2 de junio, donde la militancia eligió a su candidata y ganó contundentemente los comicios.
El alcalde y consejero del PAN, Edmundo Tlatehui, tiene la calidad moral para hacer sonar su voz, y levantar la mano para aspirar a la dirigencia estatal, y dar un giro total al Partido Acción Nacional que necesita diferentes formas de hacer política.
Si el consejo estatal decide imponer y no abrir el proceso a la militancia la próxima dirigencia empezará con el pie izquierdo; mismos errores y vicios, y seguirá la fuga de militantes y el cuestionamiento de las estructuras municipales al no ser tomadas en cuenta.
La mayoría de liderazgos del PAN exigen una renovación democrática, lo contrario apunta a una imposición de un grupo que nos es querido ni aceptado por la militancia.
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