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DiarioSinSecretos.com / J. Antonio Cuéllar.
A partir de este miércoles, la Iglesia Católica, inicia la Cuaresma con el rito de la imposición de la ceniza en la frente del rostro del católico, para recordar que es polvo y al morir polvo se convertirá.
Este miércoles de Ceniza, atrae la atención de los católicos del mundo, que durante el día acuden a los templos a imponerse la ceniza, y con lo cual iniciarán una etapa de reflexión – La Cuaresma- acerca de lo que han sido y decidirse a una con versión – cambio de dirección- para ir al encuentro de Dios.
La ceniza es el símbolo de muerte que indica que ya no hay vida ni posibilidad de que la haya, y se impone en la frente o en la cabeza, pero en el sentido de que somos polvo y como tal moriremos para renacer con Cristo y gozar de la gloria de Dios.
Si bien ese signo negativo de la ceniza en la frente simboliza la muerte, no debe verse como negativo, ya que la esperanza en Dios nos lleva a darle ese sentido de esperanza hacia l vida eterna.
La Cuaresma es un camino – el desierto es un tiempo de penitencia para dejar atrás el Faraón que significa el pecado, la ingratitud mostrada a Dios que nos creó, y decidirnos a dejar lo que nos ata, que nos mantiene encadenados a nuestros apegos, a nuestras inseguridades – dinero, bienes, apetencias, afectos mal entendidos- y decidirse entrar a la Semana Santa, y vivir la pasión de Cristo, el martirio que padeció y que terminó en su crucifixión y muerte, y pasar a su gloria con la resurrección.
Es Jesús que nos enseña en este tiempo de Cuaresma la necesidad de la oración, de la penitencia y la limosna que se traduce en las buenas obras.
El camino de Cuaresma servirá para purificar el corazón, quitar de él todo lo que nos aparta de Dios, todo aquello que nos hace más incomprensivos con los demás, quitar todos nuestros miedos y todas las raíces que nos impiden apegarnos a Dios y que nos hacen apegarnos a nosotros mismos.
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