Diariosinsecretros.com / José Antonio Cuéllar M.
Puebla capital.- Pese a la Alianza entre Dios y el hombre, éste último la rompe con mucha facilidad, señaló el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, de ahí la necesidad de que en este tiempo previo a la Semana Santa, “pidamos a nuestro Creador crear un corazón puro y espíritu nuevo y mantener un alma generosa, y tener presente que la Alianza fue sellada con la Sangre del Cordero que es Jesucristo..”.
“Necesitamos aprender la actitud de Jesús, en situaciones difíciles y dolorosas, muchas veces queremos ser los artífices de la propia vida e historia al margen de quien nos puede ayudar la mejor solución..”, expuso.
Indicó que la dolorosa situación que se vive por la pandemia por Covid-19, las cifras oficiales que todos dicen que no son de 200 mil en un año, y en Puebla más de 10 mil 392 muertes, “ha dejado clara la grandeza de la Iglesia y de la grandeza de la familia, que es la Iglesia en casa, hemos experimentado, ahora que se habla de la vacunación con ilusión en Dios para que les permita seguir adelante. Amamos la vida y la salud, y con cuánta ilusión van nuestros ancianitos para que Dios les conceda vida y salud…”.
Evangelio según San Juan 12,20-33
Entre los que habían subido para adorar durante la fiesta, había unos griegos que se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le dijeron: “Señor, queremos ver a Jesús”.
Felipe fue a decírselo a Andrés, y ambos se lo dijeron a Jesús. El les respondió: “Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre. Mi alma ahora está turbada, ¿Y qué diré: ‘Padre, líbrame de esta hora’? ¡Si para eso he llegado a esta hora! ¡Padre, glorifica tu Nombre!”. Entonces se oyó una voz del cielo: “Ya lo he glorificado y lo volveré a glorificar”.
La multitud que estaba presente y oyó estas palabras, pensaba que era un trueno. Otros decían: “Le ha hablado un ángel”. Jesús respondió: “Esta voz no se oyó por mí, sino por ustedes. Ahora ha llegado el juicio de este mundo, ahora el Príncipe de este mundo será arrojado afuera; y cuando yo sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí”. Jesús decía esto para indicar cómo iba a morir.
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