Pascacio Taboda Cortina/Jorge Martínez Cedillo
· El proyecto petrolero es un “barril sin fondo”
· A 16 meses de gobierno, AMLO insiste en echarle la culpa al pasado
Los mexicanos tenemos que acostumbrarnos a la forma de gobernar de un presidente sin capacidad para plantear soluciones políticas, económicas, sanitarias, con un presidente así, se corre el riesgo de caer en el autoritarismo. Esto indica volver al esquema caduco de “el Estado soy yo”.
Como negar que, a lo largo de casi 16 meses, Andrés Manuel López Obrador, un día sí y otro también, insiste en sus críticas al neoliberalismo, a los conservadores, a quienes identifica con empresarios, políticos del pasado, periodistas, corruptos y rateros que, dice, dejaron a este país en ruinas.
Cuando decenas de millones de ciudadanos esperamos que el actual gobierno tome decisiones en casos notables como en materia petrolera, de salud, de reactivación económica, educación, etc, ordena publicar un decreto al margen del congreso con carácter económico y de ahorro, que no cayó nada bien a la burocracia.
Lo más grave es que, entre sus colaboradores, no hay uno solo capaz de decirle “señor presidente, eso que usted ordena por decreto, no es lo que espera el pueblo de México”.
Por “corazonada”, anunció continuar sus proyectos petroleros, una actividad que se ha convertido en un “barril sin fondo”. Otro tema es la construcción de la refinería de dos Bocas, en momentos en que ningún país apuesta por invertir en un mercado saturado de hidrocarburos.
Insiste el presidente en la construcción del tren Maya, sin considerar el deterioro ecológico irreversible en esa región del sureste. Tabasco es un ejemplo: el siglo pasado se arrasó son la selva alta, mediana y baja, chaparrados y manglares, para destinar millones de hectáreas a la ganadería extensiva de baja productividad.
Muy sorprendido AMLO, pretendiendo ser un defensor de la ecología, se refirió en una de sus conferencias de prensa mañaneras, a la modificación de la Sierra de la Rumorosa, en Baja California, en donde se instalaron generadores eólicos para aprovechar la corriente del aire para la producción de energía eléctrica limpia, a la que calificó de lamentable y dijo que los generadores eólicos modificaban el escenario ambiental.
En su recorrido por Baja California, también se refirió al Acueducto del Río Colorado-Tijuana, sin conocer los antecedentes de esta infraestructura, Tijuana no sería lo que ahora es sin ese Acueducto, el cual conduce cuatro mil litros por segundo de las aguas del Río Colorado a partir de la presa Morelos ubicada en Mexicali. Recorre más de 130 kilómetros, con una tubería de 2.5 metros de diámetro.
Esta obra fue construida durante el gobierno de José López Portillo. Cuenta con seis plantas de bombeo que impulsan el agua a una altura de más de 1000 metros, hasta la Rumorosa, para que después por gravedad llegue hasta Tijuana, donde se potabiliza y finalmente se incorpora a la red de distribución urbana de la ciudad fronteriza.
Al presidente de México se le ocurrió que la oposición pinta las obras de acuerdo con los colores de su partido. En el caso de este Acueducto, su color es azul cielo, esta observación traicionó el subconsciente y solo demostró su ignorancia, además de que tiene un gran rencor con el partido que se identifica con el color azul. Al respecto dijo que habló con el gobernador de la entidad, Jaime Bonilla, para pedirle que “pinte ese Acueducto aunque sea del color de las piedras”.
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Pascacio Taboada Cortina. Cel: 55 16 49 23 34
Jorge Martínez Cedillo. Cel: 55 16 45 78 62
16 años cuestionándolo todo, investigación y crítica política sin censura.