DiarioSinSecretos.com / Ricardo Bravo
En noviembre próximo está marcado para que el PAN defina a su nueva dirigencia en Puebla.
Solo hay de dos sopas: Por consulta abierta a la militancia; que se traduce en Democracia, o bien que el consejo estatal diga quién es el próximo presidente, lo que sría una imposición.
Las diferentes expresiones pugnan por consulta a la baee; y la dirigenta Augusta Díaz, los ignora, minimiza las críticas en su contra, está apostada a que el grupo en el poder erigido en un Consejo Estatal sea el que diga la última palabra.
Atrás de Augusta, está Eduardo Rivera, el exalcalde capitalino, que perdió las elecciones del 2 de junio, pero quiere seguir controlando al PAN.
Eduardo Rivera y su gerente Adán Domínguez, dejaron un ayuntamiento endeudado y con señalamientos de corrupción.
Hay voces que consideran que la dirigencia nacional debe atraer el caso Puebla y posponer la elección para el próximo año, y garantizar transparencia en el proceso.
Advierten que si hay imposición continuarán más deserciones de militantes
En el 22027 habrá elecciones intermedias, y el PAN necesita fortalecerse, de no lograrlo se advierte otra derrota.
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