En medio de los constantes bombardeos, Gaza enfrenta ahora la amenaza de inundaciones, empeorando la crisis sanitaria. La infraestructura colapsada no puede soportar las fuertes lluvias, aumentando el riesgo de enfermedades.
Desde que comenzaron las hostilidades entre Israel y Hamas, miles han sido desplazados, y las condiciones se vuelven cada vez más insostenibles. Los expertos temen que el invierno agrave la situación, con más lluvias en camino.
La comunidad internacional está presionando por un alto al fuego, pero las negociaciones parecen estar estancadas.
