Puebladesabores.com |.-San Gabriel Chilac es una localidad del estado de Puebla, Chilac: proviene de cili, caracolito; la, abundancia, y c, en; lo cual significa: «Donde abundan los caracolitos»; existen en la región caracoles petrificados.
Uno de los platillos tradicionales de este lugar, habitado en su mayoría por el grupo étnico náhuatl, que se ha venido heredando de generación en generación y que sigue teniendo aceptación por el delicioso sabor y el atractivo para la vista de los comensales es el Tomamoli (mole de tomate), que con la llegada de la Semana Santa, se convierte en una oportunidad para que los habitantes de esta población comiencen a preparar y degustar este delicioso platillo.
Celia Mora o la «Tía Celia» como le conocen en esta población, desde hace más de 40 años se ha dedicado a preparar este delicioso platillo que lleva como ingrediente principal el robalo seco, el cual es preparado previamente para incluirlo en este guiso al que le da un exquisito sabor.
No existe un registro en los anales de la historia de este lugar que indique a partir de cuándo lo comenzaron a preparar los habitantes de esta población, lo que si saben, es que tiene más de una centuria, porque va hasta la cuarta generación quien sigue haciendo este platillo con los ingredientes y forma de preparación que han ido transmitiendo de padres a hijos.
Forma de preparación del «Tomamoli»
Doña Celia, inicia su trabajo desde el jueves cuando comienza a lavar y retirar la sal que tiene el robalo, el cual una vez que está blando lo corta en fracciones, las cuales nuevamente coloca en agua para retirarle toda la sal, las escurre y deja lisas para capearlas desde la mañana del viernes.
Sus hijos Sandra, Silvia y Pedro también se suman a los quehaceres cortando el jitomate, la cebolla, ajos, chiles verdes y los tempezquiscles (fruto similar al aguacate, globoso, dulce y mucilaginoso, que contiene una semilla oscura, redonda y lustrosa), que sazonan para formar el caldillo que preparan en grandes cazuelas de barro que tiene expresamente para el «Tomamoli».
El robalo es capeado y se va friendo hasta alcanzar su color amarillo que indica que alcanzó el punto de cocción y está listo para sumergirlo en el caldillo donde se vuelve suave.
Durante varios años la tía Celia salía de su hogar a preparar este platillo a domicilios donde la contrataban, era como parte de la costumbre que hay en la población, dar este servicio a personas que tienen una familia numerosa o que organizaban sus fiestas y servían el «Tomamoli».
Los insumos aumentaron de precio
A pesar de que el precio del jitomate, pescado y huevo sufrieron alzas en sus precios, Doña Celia comenta que ella no puede aumentar en la misma proporción el precio del platillo del Tomamoli, ahora con la pandemia muchas personas de ese lugar perdieron su empleo, otras más ganan menos, no toda la gente puede pagarlo, pero tienen necesidad de comer, por eso sigue vendiendo el precio de este platillo en 30 pesos.
«Gracias a Dios, la gente llega a comprar y lo que preparo cada viernes de cuaresma se termina», dijo.
A su casa no solamente llegan a comprar el «Tomamoli» personas de esta población, sino también de municipios cercanos e incluso de la ciudad de Puebla, quienes conocen este tradicional platillo y lo llegan a adquirir, para degustarlo con tortillas recién salidas del comal o con teleras que es otra forma de degustarlo.
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